Voluntarios de la Fundación Amigos de la Naturaleza de Tailandia se dirigieron a un templo budista para realizar un control rutinario de los animales que allí viven. Lo que parecía, iba a ser un control como cualquier otro, terminó convirtiéndose en un gran rescate.
¿Por qué?
Los voluntarios encontraron una pequeña osa malaya de 3 años de edad llamada Kwan encerrada en un cuarto oscuro. La osa permaneció allí durante los dos últimos años, sin recibir luz exterior.
Las fotografías de la pequeña osa son extremadamente fuertes y desgarradoras. Totalmente demacrada y sin pelo, es muy complicado reconocer la reducida figura como la de un oso. Su cara estaba completamente cubierta de llagas y sus garras todas torcidas. Con suerte Kwan podía levantar su cabeza pero, aún así, se volteaba hacia uno de los voluntarios de la fundación (su salvador) en lo que parecía ser una muestra de gratitud.
Los representantes de la fundación le exigieron al templo que les dejara llevarse a Kwan, publicaron la información en su página web para crear presión y luego consiguieron transportarla rápidamente a su centro de rescate. Allí lucharon toda la noche para mantenerla con vida, aunque estaba muy débil para comer y dejaba de respirar por momentos. Pese al gran esfuerzo del personal del centro de rescate, la pequeña osa dejó de existir un par de horas después. “Hicimos todo lo posible para mantenerla con vida,” escribió el WFFT. “Estamos todos muy afectados por esta pérdida”.
Después de conocer este terrible caso, es importante saber que no es el único. En Tailandia, donde el comercio de mascotas exóticas aún está en auge, muchas personas recogen pequeños animales para luego desencantarse una vez que llegan a la adultez. Lo más fácil de hacer es botarlos en algún templo budista, los cuales son aparentemente “lugares sagrados” donde los animales DEBERÍAN ser protegidos, según el WFFT.
Sin embargo, la triste realidad es que la gran mayoría de los animales abandonados en estos templos estáncondenados a vivir en un descuido absoluto dentro de pequeñas jaulas. Las intenciones de los monjes suelen ser buenas, pero no están preparados para hacerse cargo de animales salvajes; y por otro lado, son muchos los templos DESCARADOS que alientan a las personas a dejar allí a sus animales para crear una especie de zoológico. En estos zoológicos, como en el que estaba la pequeña osa, le proporcionan atención y dinero extra a estos monjes. “Cuando tienes seis osos, tres gibones, cinco monos, entonces ya no se trata de una coincidencia (..) se trata de un negocio” recalcó el fundador de WFFT.
Mientras que la fundación Amigos de la Naturaleza de Tailandia (WFFT) está trabajando muy duro para erradicar esta práctica, ellos no tienen el poder de incautar animales y es muy difícil involucrar a las autoridades cuando los culpables son monjes. “Los líderes religiosos son iguales a los políticos y a personas adineradas que están usualmente por sobre la ley, por lo tanto, los cargos por posesión ilegal de animales exóticos o crueldad contra ellos no son usualmente presentados por la policía u otras autoridades”, explicaron.
En el templo donde fue encontrada Kwan, quedan cuatro osos más. Están encerrados en jaulas sucias con comida podrida. El WFFT ha reclamado contra el lugar sagrado desde el 2012, aunque sólo descubrieron a Kwan el día que la rescataron. Luego de que su historia fuese publicada, las autoridades se comprometieron con la organización para requisar los cuatro osos restantes dentro de poco.
La historia de Kwan es un ejemplo totalmente extremo, pero cada año el comercio ilegal de animales cobra decenas de miles de vidas. Matan a muchas madres de animales salvajes, incluyendo osos y orangutanes, para que puedan vender a sus crías, y esas crías a menudo terminan con dueños que no están preparados y abusan de ellos o los abandonan. El comercio ilegal de mascotas exóticas es un negocio criminal muy lucrativo y peligroso.
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