#1 Usar tacones:
Los tacones pueden ser grandes aliados a la hora de estilizar nuestra figura. Sin embargo, usarlos todos los días afecta nuestra postura, agrega presión a nuestras articulaciones y puede derivar en artritis, dolores de espalda y lesiones en los tendones. Para evitar pasar por todo esto, no uses tacos todos los días y cuando lo hagas, procura que estos no excedan los 3 cm de altura. Además, usa plantillas para reducir la presión sobre las articulaciones.
#2 Cargar un bolso pesado
Bajo el conocido lema “por si acaso”, día a día, agregamos a nuestros bolsos una cantidad de objetos innecesarios que solo hacen que terminemos cargando más peso. Este hecho pone en riesgo la salud de nuestra espalda. Puede que no sientas los efectos de forma inmediata, pero, con el tiempo, este hábito te causará problemas serios en la columna, te generará dolores en el cuello y perjudicará tu postura. No esperes a que estos efectos comiencen a aparecer: quita de tu bolso todo aquello que no te resulte imprescindible y opta por un bolso más pequeño.
#3 Dormir con maquillaje
Esta es una situación típica: volvemos de una fiesta y estamos tan cansadas que nos dormimos maquilladas. Este inocente descuido acarrea consecuencias indeseadas, como poros obstruidos, piel congestionada y granitos. También, dormir con maquillaje en los ojos puede generar irritaciones, infecciones o que nuestros ojos amanezcan inyectados en sangre.
#4 Usar el sostén inadecuado
Se estima que el 70% de las mujeres usa un tamaño de sostén inadecuado. Esta equivocación puede hacer que tu ropa se vea mal y genera múltiples complicaciones, como: dolores en la espalda, el cuello y el busto; complicaciones para respirar; mala postura; irritación en la piel; y problemas de circulación. Para prevenir todo esto, deja la adivinación de lado, y asegúrate de tomar bien tus medidas y de comprar una talla que se ajuste a ellas.
#5 Obsesionarse con la apariencia
Un estudio llevado a cabo por Dove, develó que al 90% de las mujeres les gustaría cambiar al menos un aspecto de su apariencia. Esta disconformidad genera una profunda inseguridad, que puede ser la responsable de incontables daños físicos, causados por dietas extremas o cirugías estéticas innecesarias.
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