¿El oro blanco es realmente oro?

Conoce cuál es el secreto de los bonsáis.

El oro es un metal blando y maleable que tiene un punto de fusión —en estado puro— de 1,063 °C y un peso específico de 19.3 g/cm3. El blanco es una combinación de uno o varios metales blanquecinos (por ejemplo, paladio, plata o rodio) que, al fundirse con el oro, le cambian su coloración de amarillo a blanco.

Para Raúl Ybarra, maestro en ciencias y especialista en metalurgia prehispánica, el uso del oro blanco en orfebrería sirve, principalmente, para aumentar el grado de luminosidad de las piedras preciosas en las joyas finas; además, con ello se obtiene una gama de colores, lo cual es una alternativa económica al uso del platino.

¿Por qué no hay pulque en lata?

A diferencia de otras sustancias alcohólicas, donde uno o dos microorganismos son responsables de la fermentación de los azúcares, en el pulque convive todo un ecosistema de microorganismos. “Desde inicios de la década pasada, usando análisis de material genético, hemos encontrado más de una docena de especies de microorganismos que viven en el pulque”, explica Agustín López, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

Envasarlo requeriría neutralizar sus microorganismos usando métodos como la pasteurización, lo que le quitaría sus características. “Es como si tomáramos un yogur y le retiráramos los microorganismos que posee; simplemente, perdería su sentido”.

¿Por que los bonsáis son enanos?

En el sur de China los bonsáis representan un arte que consiste en imitar a la naturaleza; se cultivan nacidos en el monte y se les conserva, pero enanos. El bonsái es cuidadosamente podado para mantener la figura de un árbol maduro.

Una primera técnica es el podado selectivo de las ramas y hojas de las plantas, para evitar que crezcan de manera excesiva. Otra es el descortezado de secciones de la planta, una operación clave para darle la apariencia de un árbol maduro. Finalmente, el cambio periódico de tierra y los nutrientes especiales permiten mantener al vegetal sano y evitar que con- traiga enfermedades o plagas.

El enanismo inducido (como se le denomina científicamente al fenómeno que hace posible el bonsái) ha sido poco estudiado desde el punto de vista de la ciencia; sin embargo, experimentos realizados con plantas como el trigo han encontrado que un elemento clave es el riego: un abastecimiento restringido del vital líquido hace que las células de la planta aumenten su tamaño (para almacenar el agua disponible en su interior), pero a costa del crecimiento general de la planta, detonado por la carencia en sus células de una sustancia llamada latrunculina.

No es descabellado pensar que el suministro de agua y nutrientes (los bonsáis requieren fertilizantes diferentes de los que se emplean en otras plantas de ornato) se combinen con la poda selectiva para crear un árbol que crece muy lentamente, adoptando el tamaño y forma que más le agrade al propietario.

Por ejemplo, el oro blanco de 18 quilates se hace con 75% de oro y 25% de otro metal.