Carrie tiene 53 años y antes de cumplir los 50 empezó a beber su propia orina. La mujer padece de cáncer y considera que el tratamiento de ‘orinoterapia’ la aliviará de la enfermedad.
En los cuatro años que lleva de terapia, ha bebido más de 900 litros. Aparte de beber la orina, también la usa para bañarse los dientes, la cara y las manos.
En cuanto al sabor, dice que varía dependiendo de los alimentos digeridos antes de la micción, a veces es más salada de lo normal y hay condimentos que son muy fuertes.
Su adicción será llevada a la televisión en el programa ‘My strange addiction’.
No hay comentarios: