1. Coupí. Esta legumbre de África es uno de los cultivos más antiguos del continente. Más comúnmente conocido como el guisante de ojo negro, es resistente y sobrevive hasta en los suelos más secos y pobres. Todas las partes de la planta, incluyendo sus hojas, son comestibles y ricas en nutrientes y fibras.
2. El melón amargo. Originario de India, esta verdura es popular en muchos países asiáticos y se cree que es el fruto más amargo del mundo. Tiene propiedades que combaten el cáncer y ha sido utilizado como un remedio herbal para una serie de enfermedades incluyendo la diabetes tipo 2.
3. Pamir mulberry. Esta fruta solo crece en el terreno montañoso de la provincia de Gorno-Badakhshan, en Tayikistán, donde es imposible cultivar otros granos. La mora del Pamir fue una importante fuente de alimento durante la Segunda Guerra Mundial ya que se puede comer en cualquier formato: cruda, seca o molida.
4. Nuez Bunya. Las bunnyas son un alimento tradicional de los aborígenes australianos, que a veces las comen crudas, asadas o las entierran en el barro durante meses para mejorar su sabor. Los frutos secos son similares a la castaña y molidos se pueden usar para preparar pan libre de glúten.
5. Guayaba. Esta fruta verde, típica de Uruguay y sur de Brasil, tiene un sabor dulce y amargo. Es súper nutritiva y contiene antioxidantes. La planta se adapta fácilmente al suelo poco profundo y prospera hasta en estado salvaje. Un alimento saludable que se consigue aún en el medio de la montaña.
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