Los trabajos del noruego Simen Johan no terminarán en las páginas de National Geographic, a pesar de su espectacularidad visual que bien podría cumplir los estándares de la prestigiosa publicación. Pero las suyas no son imágenes reales, aunque sus protagonistas sí que lo sean. Su aproximación al mundo animal en la serie fotográfica Until the Kingdom Comesresulta inusual.
Johan juega con los contrastes y sitúa a diferentes especies en ambientes extraños. Para ello no teme recurrir a herramientas digitales. En verdad los animales que "posan" para él no viven en libertad, habitan en zoos o son obras de un taller de taxidermia. Gracias a la tecnología los coloca en paisajes en los que jamás han estado y que pertenecen a su archivo fotográfico personal.
"Prefiero no mostrar un tiempo y espacio determinados en mi trabajo. Creo que así se logra un efecto universal y primario. Y la tecnología me ayuda a romper con ello. Lo que me interesa como fotógrafo es mostrar lo inédito, lo nunca visto, así que juego con simbología y metáforas visuales", explica Johan a El Huffington Post.
Aunque alguno de sus modelos esté disecado, el fotógrafo prefiere trabajar con animales vivos. No busca un mensaje ecológico en su obra y no se encuentra tan interesado en describir la vida animal como en encontrar fuertes conexiones visuales que resuenen en múltiples niveles, nos comenta el sueco. El ambiente post apocalíptico y las referencias bíblicas a las que recurre pueden desembocar en lecturas relacionadas con el medioambiente o la política, admite, pero en realidad prefiere que el espectador viva una "experiencia visceral".
Un de sus metáforas recurrentes es la distintiva niebla que invade muchos de los instantes que crea. "Si se observa detenidamente la vida, la incertidumbre está en todas partes. Estamos acostumbrados a ella porque forma parte de nuestro día a día así que esa neblina no implica que encontremos verdades ocultas tras ella", apunta.
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