Un estudio sugiere que se debería de tener en cuenta a la hora de diagnosticar y tratar a los pacientes
Hombres y mujeres tienen diferentes reacciones cardiovasculares y psicológicas ante situaciones de estrés mental, según un estudio de realizado en personas que estaban recibiendo tratamiento para la enfermedad cardiovascular.
El estudio, publicado en «Journal of the American College of Cardiology», ha analizado a 56 mujeres y 254 varones diagnosticados de enfermedades cardiovasculares que participan en el estudio REMIT.
Después de someterse a una batería de pruebas, los participantes llevaron a cabo tres tipos de tareas mentales estresantes, seguidas de una prueba de esfuerzo.
Los investigadores realizaron una ecocardiografía en el intervalo entre las tareas de estrés mental y los períodos de descanso para estudiar los cambios que se habían producido en el corazón; además, tomaron muestras de sangre y midieron la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
Los investigadores del Duke Heart Center (EE.UU.) encontraron que mientras que los varones presentaban más cambios en la presión arterial y la frecuencia cardiaca en respuesta al estrés mental, las mujeres, por su lado, experimentaban isquemia miocárdica, es decir, disminución del flujo de sangre al corazón.
Además ellas también sufrían un aumento de la agregación de plaquetas, que es el comienzo de la formación de coágulos de sangre, con mayor frecuencia que los hombres. Por último, las mujeres también expresaron un mayor aumento de las emociones negativas y una disminución mayor de las emociones positivas en las pruebas de estrés mental.
A tener en cuenta
Desde hace tiempo se conoce que existe una relación entre el estrés mental y enfermedad cardiovascular. Ahora, explica el autor principal, Zainab Samad, con este estudio «se revela que el estrés mental afecta a la salud cardiovascular de varones y mujeres de manera diferente».
Por ello, sostiene, «tenemos que reconocer esta diferencia en la valoración y el tratamiento de los y las pacientes de enfermedad cardiovascular».
En este sentido Samad cree esencial llevar a cabo más estudios para probar la asociación de las diferencias sexuales en la respuesta del corazón al estrés mental.
«Este estudio también pone de relieve la insuficiencia de las herramientas disponibles para la predicción de los riesgos, que en la actualidad no logran medir toda una faceta de riesgo, es decir, el impacto de las respuestas fisiológicas negativas al estrés psicológico en ambos sexos, y especialmente entre las mujeres».
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