Actualmente es un lujo al que solo pueden acceder periodistas, diplomáticos extranjeros y algunos funcionarios de Estado.
En Cuba el acceso Internet aún es un servicio que está lejos de ser universal como en el resto del mundo. Actualmente es un lujo que solo tienen periodistas, diplomáticos extranjeros y algunos funcionarios de Gobierno, según publica la BBC.
Hace algunos años, esta situación mejoró un poco luego de que el famoso cable de fibra óptica entre Venezuela y Cuba, ALBA-1 comenzó a dar luces de su funcionamiento tras años de inactividad bajo el mar. Así la conexión pasó de ser lenta a relativamente rápida.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas del país caribeño, el 2011 existían 2,6 millones de usuarios de Internet en el país y el gobierno subraya de que ahora existen clases de computación en ciudades y pueblos de toda la isla. Sin embargo, estos “usuarios de Internet” están realmente conectados a la intranet que provee el Estado y el acceso a Google es limitado.
Con la reactivación del funcionamiento del ALBA-1, las autoridades señalaron que muy pronto todos los cubanos podrán disfrutar de su uso, pero aún no se sabe cuando. Esto teniendo en cuenta que la fibra óptica fue instalada hace ya cuatro años.
Larry Press realizó en 2011 un informe sobre el estado de internet en Cuba y determinó tres factores a la falta de acceso a internet: el embargo económico de Estados Unidos a Cuba, la economía cubana y el “el miedo del gobierno a la libertad de información”.
El embargo económico provocó la falta de módems y computadoras decentes. Pese a los comercios bilaterales con Brasil, China y Europa, el embargo no es suficiente para explicar la falta de conectividad.
La economía tras la caída del imperio soviético en los noventa generaron la carencia generalizada de muchos productos básicos, desde ropa a medicina y comida. Esta etapa coincidió con los inicios de internet, lo que provocó que Cuba quedara atrás mientras otros ya comenzaban a aprovecharlo.
Por último, ya que los dos factores anteriores no son suficientes para explicar la falta de conectividad en la isla, el temor a la libertad de información que tiene el gobierno cubano es la única opción factible que queda y es un asunto que las autoridades van a tener que enfrentar más temprano que tarde.
Expertos hablan de una “brecha tecnológica intergeneracional”, por la que quien no pueda adaptarse al ritmo de los cambios tecnológicos se quedará atrás de por vida. Debido a esto, los vecinos de algunos barrios han construido redes de WiFi clandestinas y la compra y venta de archivos digitales contenidos en dispositivos USB se ha vuelto muy común.
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