Están los que pueden ir de golpe y otros que simplemente no pueden dejar el hábito.
Ahora los investigadores creen haber descubierto por qué algunas personas simplemente no pueden dejar de fumar, y tiene que ver con la actividad en el cerebro.
Los científicos estadounidenses descubrieron que podían predecir la eficacia de una estrategia de dejar de fumar basados en la recompensa sería en un individuo mediante el estudio de su actividad cerebral.
Los investigadores observaron los cerebros de los fumadores de nicotina privados utilizando imágenes por resonancia magnética.
Ellos encontraron que aquellos que exhiben la respuesta más débil a las recompensas también son los menos dispuestos a dejar de fumar, incluso cuando se les ofrece dinero para hacerlo.
"Creemos que nuestros hallazgos podrían ayudar a explicar por qué algunos fumadores les resulta tan difícil dejar de fumar, dijo el doctor Stephen Wilson, profesor asistente de psicología en la Universidad de Penn State, en Pennsylvania.
"Es decir, las fuentes potenciales de refuerzo para dejar de fumar, por ejemplo, la posibilidad de ahorrar dinero o mejorar la salud, puede tener menos valor para algunas personas y en consecuencia, tienen menos impacto en su comportamiento."
Los investigadores reclutaron a 44 fumadores para examinar las respuestas de centros de recompensa del cerebro a la recompensa monetaria en los que esperan a fumar y en los que no estaban, y la posterior disposición de los fumadores a renunciar a un cigarrillo en un esfuerzo para ganar más dinero.
Los participantes, que tenían entre 18 y 45 años, todos ellos informaron que fumaban al menos 10 cigarrillos por día durante los últimos 12 meses.
Ellos fueron instruidos para abstenerse de fumar y el uso de cualquier producto que contenga nicotina durante 12 horas antes de llegar para el experimento.
Cada participante pasó un tiempo en un escáner de fMRI mientras se reproduce un juego de cartas para adivinar con el potencial de ganar dinero.
Los participantes fueron informados de que tendrían que esperar aproximadamente dos horas, hasta que el experimento había terminado, a fumar un cigarrillo.
A mitad de la tarea tarjeta de adivinar, la mitad de los participantes fueron informados de que había habido un error, y que se permite fumar durante un descanso de 50 minutos que se producirían en otros 16 minutos.
Sin embargo, cuando llegó el momento de la rotura del cigarrillo, el participante se le dijo que por cada cinco minutos, él o ella no fumaba, él o ella recibirá $ 1 - con el potencial de ganar hasta $ 10.
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Dr. Wilson y sus colegas encontraron los fumadores que no pudieron resistir la tentación de fumar también mostraron respuestas más débiles en los centros de recompensa de sus cerebros cuando se les ofrece recompensas monetarias, mientras que en la fMRI.
"Nuestros resultados sugieren que podría ser posible identificar a los individuos de forma prospectiva mediante la medición de la forma en que sus cerebros responden a las recompensas, una observación que tiene implicaciones conceptuales y clínicas importantes," dijo el doctor Wilson.
'Por ejemplo, particularmente en situación de riesgo los fumadores podrían potencialmente ser identificados antes de un intento de dejar de fumar y estar provistos de intervenciones especiales diseñadas para aumentar sus posibilidades de éxito.'
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