La muerte de la actriz estadounidense Marilyn Monroe no fue un suicidio, sino un asesinato orquestado por el hermano del presidente John F. Kennedy, para impedir que revelara “los secretos sucios” de la familia Kennedy, según una investigación.
Según el libro titulado ‘El asesinato de Marilyn Monroe: caso cerrado’, de los periodistas Jay Margolis y Richard Buskin, fue el senador Robert ‘Bobby’ Kennedy quien mandó matar a la actriz después de terminar su romance con ella, informa el portal ‘Daily Mail’, citando la investigación periodística.
Robert Kennedy habría contado con la complicidad del psiquiatra de Monroe, el doctor Ralph Greenson, así como también de su cuñado, el actor Peter Lawford, quien fue el primero en confirmar que la diva había mantenido un romance prohibido tanto con el senador como el presidente John F. Kennedy.
“Se la pasaban como si fuese una pelota”, dijo Lawford en una entrevista años después de que Monroe fuera encontrada desnuda y muerta en la casa en Brentwood, California.
Tras ponerle fin a la extravagante relación con el presidente y su hermano, la actriz los amenazó con revelar los secretos de la familia más importante de la política estadounidense de entonces, cosa que no podían permitir, señalan los autores de la investigación.
“Bobby estaba determinado a callarla, sin importar las consecuencias”, aseguró Lawford. El libro de los periodistas también incluye el testimonio de James C. Hall, asistente de la ambulancia que llegó a la casa de Monroe y que sostuvo que vio como el psiquiatra de la actriz le inyectó directo en el corazón una dosis letal de pentobarbital sin diluir, lo que le habría causado la muerte.
Monroe falleció el 5 de agosto de 1962 por una sobredosis de barbitúricos, en circunstancias nunca esclarecidas. Incluso el informe policial calificó la causa de la muerte como un “probable suicidio” por falta de pruebas.