Ésa es la pregunta a la que intentan responder B.R. Kartheek y sus colaboradores en una interesante revisión publicada a finales de 2013 en el International Journal of Pharmaceutical & Biological Archives.
Existen muchas y distintas enfermedades en las que aparecen alucinaciones visuales, como por ejemplo la esquizofrenia, el parkinson o el alzhéimer entre las más conocidas, aunque también en otras como la enfermedad de Creutzfeldt Jacob (la enfermedad conocida como ‘de las vacas locas’) o la demencia por cuerpos de Lewy.
Según los autores, la presencia de este tipo de fenómenos tendría una base neural, concretamente se relaciona con la atrofia de áreas cerebrales que se dedican a la percepción visual, como son las áreas parietales.
En otro trabajo más reciente que encontramos en Progress in Neurobiology (2014), diversos investigadores australianos hacen una distinción interesante entre diversos tipos de alucinaciones y su relación con las redes cerebrales de la atención.
Diferencian entre las alucinaciones visuales simples en las que la atención no participa en la regulación del proceso perceptivo; las alucinaciones visuales complejas que se supone están relacionadas con una alteración en las redes de control de la atención (llevaría a una interpretación errónea de los perceptos ambiguos); y por último, las alucinaciones visuales complejas sin conciencia o sentimiento de que se tengan, las cuales parecen asociarse a una menor actividad de la red dorsal de la atención en la que están implicadas la corteza cerebral frontal y parietal dorsal posterior.
Lo mejor de conocer el fenómeno es eliminar el estigma que siempre ha tenido asociado y el poder generar estrategias de intervención adecuadas, como el entrenamiento en control atencional e inhibición, que puede mejorar este síntoma en ciertos casos y merece más investigaciones al respecto.
PADRE NUESTRO
ResponderEliminarDurante 60 segundos, deja lo que estás haciendo, y ¡aprovecha esta oportunidad! Veamos si Satanás puede detener esto. Todo lo que tienes que hacer es lo siguiente:
1. Simplemente reza un padre nuestro por la persona que te envió este mensaje:
"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino, hágase Señor tu voluntad así en la Tierra como en el cielo danos hoy el pan nuestro de cada día, perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal. Amén"
2. Luego, envíala a otras diez personas.
3. En un rato más, diez personas habrán orado por ti, y tu habrás logrado que muchas personas recen a Dios por otras personas.
4. Luego, piensa por un momento y aprecia el poder de Dios en tu vida, por hacer lo que tú sabes que a Él le encanta. Si no tienes vergüenza de hacer esto, por favor, sigue las instrucciones. Jesucristo dijo, "Si te avergüenzas de mí, yo me avergonzaré de ti ante mi Padre" Si no tienes vergüenza, envía este mensaje...sólo si crees en ello. Sí, amo a Dios. Él es mi fuente de existencia y mi Salvador. Él me mantiene funcionando día y noche. Sin Él, nada soy, pero con Él todo lo puedo en Cristo que me da uerza. Filipenses 4:13 Ésta es la prueba más simple. Si amas a Dios y no te avergüenzas de todas las cosas maravillosas que Él ha hecho por ti, envía esto a las personas que quieres.