Así lo acaba de demostrar un nuevo estudio catalán sobre el proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje en los bebés. Se trata de los primeros resultados que muestran cómo y a qué edad se adquieren los patrones de coordinación entre los gestos y el habla, dos claves del inicio comunicativo de los humanos.
“Cada vez hay más investigaciones que muestran que el estudio del lenguaje y la comunicación humana no se puede llevar a cabo solo con un análisis del habla”, explica a la agencia de noticias científicas SINC Núria Esteve Gibert, una de las autoras del estudio. Y es que no hace falta ser Sherlock Holmes para deducir que la manera de comunicarse de los bebés va mucho más allá de los balbuceos y los intentos por emitir sonidos.
Para llevar a cabo su estudio las investigadoras grabaron en vídeo a cuatro bebés mientras jugaban con sus padres desde que tenían casi un año de edad hasta que cumplían los 19 meses. Gracias a estas grabaciones pudieron comprobar que durante la etapa de transición entre el período del balbuceo y las primeras palabras (es decir, antes que el bebé sea capaz de producir dos palabras juntas una detrás de la otra) es cuando el sistema gestual y del habla ya están estrechamente relacionados.
Según las autoras esta investigación evidencia que para estudiar la comunicación humana no solo hay que centrarse en el habla, sino que la gestualidad cumple un papel importantísimo en el desarrollo.
De hecho apuntan que cada vez hay más pruebas de que ambos campos se desarrollan simultáneamente y que están muy coordinadas tanto semántica como temporalmente. De hecho, tal y como apunta Esteve Gilbert, “ya en las primeras combinaciones de gesto con vocalización, el patrón de coordinación temporal de ambas modalidades –que consiste en sincronizar el intervalo de tiempo más prominente en el gesto deíctico con el intervalo de tiempo más prominente en la vocalización)– es muy parecido al de los adultos”.
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