Ella es Casey Jenkins, y se identifica a sí misma una "Craftivist". Es decir, se refiere al uso de técnicas artesanales tradicionales para el activismo político o social.
Casting Off My Womb, su performance más reciente, Casey tejió una bufanda durante 28 días con una bola de estambre que insertó en su cavidad vaginal y que iba sacando poco a poco. Utilizó algunas técnicas artesanales a menudo menospreciadas como “trabajo de mujeres”.
La artista asegura que es un trozo de tela que registra literalmente una vida de la mujer en todos sus estados naturales, a Jenkins no la detuvo ni su menstruación, como pueden notar en la pieza de arte. Es posible que su poder reside en el hecho de que los mismos temas y elementos visuales feministas que conmocionaron en los años 60 y 70 todavía nos escandalizan hoy.
“Espero que la gente se cuestione sus temores y las asociaciones negativas en torno a la vulva”, dice Jenkins.
En 2007, Jenkins fundó Craft Cartel, una organización con sede en Melbourne que gira en torno al concepto de ‘craftivism’. Algunas personas definen craftivism tan sólo ir a las calles y tejiendo un tapete alrededor de un poste.
Para ella no es sólo tejer, esta activista honra y respeta las técnicas que las mujeres han desarrollado durante siglos, por ello, este colectivo organiza talleres de bordado y tejido gratuitos, en los que elaboran barbas o pasamontañas manifestando su apoyo a las activistas de Pussy Riot.
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