Las jineteras es como se conoce a las prostitutas en Cuba cuya figura voluptuosa, cintura de avispa y trasero grande vuelven locos a los turistas los cuales hasta se casan con estas mujeres. Trabajan principalmente en los alrededores de los hoteles que es donde pueden acercarse mas a los extranjeros.
Rubias, negras o mulatas, las cubanas que se dedican a la profesión más antigua del mundo, las sexoservidoras, son ya uno de los principales atractivos de esta isla caribeña, desde que el país se abrió al turismo en los primeros años de la década de los 90.
Acosadas por la Policía Nacional Revolucionaria, que a finales de 1998 puso en marcha un fuerte operativo con motivo de la IX Cumbre Iberoamericana para retirarlas de la calle, las jineteras mueven gran parte de la economía nacional, según declararon varios comerciantes.
"Cuando la policía aprieta, las jineteras se esconden y los turistas dejan de asistir a los bares, restaurantes y discotecas donde gastan sus dólares en compañía de ellas, lo cual afecta no sólo a esos establecimientos, sino a la economía en general", indicaron.
Esta teoría económica es respaldada por Yurisleidy, quien con sólo 20 años de edad lleva ya tres años vendiendo, por entre 30 y 40 dólares, sus caricias al mejor postor. Originaria de la provincia oriental de Las Tunas, la mulata Yurisleidy relata algunos pasajes de su vida y de su oficio, tan criticado y penalizado en la sociedad cubana.
"Yo tenía 17 años cuando salí de mi pueblo en busca de mejores condiciones de vida en La Habana, y al no encontrar un buen trabajo comencé a salir con "yumas" (extranjeros), quienes me paseaban y me compraban lo yo quería", rememoró.
Con su pelo de color negro rizado y un vestido negro pegado al cuerpo para resaltar su esbelta figura, Yurisleidy asegura estar grande ya para prostituirse, debido a que las jineteras más cotizadas son las muchachitas de entre 14 y 16 años de edad.
"Yo ya estoy vieja para esto, pero tengo que seguir en la lucha para poder sobrevivir en una ciudad que no es la mía, y donde todo mundo nos quiere joder", agregó.
El Código Penal cubano no contempla como delito ejercer la prostitución, sino el proxenetismo, es decir, sanciona a las personas que se benefician de las ganancias obtenidas por otra con el ejercicio de la prostitución o a quienes la inducen o protegen. Las sanciones legales son mínimas y van desde una simple advertencia hasta una multa administrativa, pero después de tres detenciones por el mismo delito, el infractor se hace acreedor a un juicio, cuya pena se traduce en varios años de prisión.
El número de prostitutas en Cuba decreció tras llegar a finales de 1998 a unas nueve mil, de las cuales más de seis mil 700 fueron enviadas a un centro de reclusión del Ministerio del Interior, según una encuesta oficial.
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