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» » » La historia de los libros con forro de piel humana

Alberto 29 oct 2013 1 No hay comentarios

Desde el siglo XVI, en Inglaterra, existía una curiosa práctica de editar libros, que a día de hoy nos parecería chocante.

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La bibliopegia antropodérmica, que así es como lo llamaron sus creadores, nació por la necesidad de usar materia prima que fuera barata. Es por ello que empezaron a utilizarse la piel humana de personas fallecidas, la cual se reciclaba, entre otros usos, para encuadernar libros.

Muchos de estos libros del siglo XVI se perdieron, y no es hasta el siglo XIX, cuando se recupera esta extraña moda artesanal y grotesca. Es aquí cuando comienzan a usarse las pieles de cadáveres humanos, extraída de los condenados a muerte. Esa piel, en algunos casos, se usaba para forrar aquellos libros que contaban los crímenes de estos delincuentes. En otras ocasiones se usaba como última voluntad del algún escritor: que su piel acabara en el forro de un libro. La gran mayoría de estas insólitas encuadernaciones procedían de colecciones privadas de médicos, excéntricos bibliófilos, nobles y aristócratas.

En el siglo XX, en la Alemania nazi, se sabe que muchas pieles de los judíos, acabaron en las tapas de los libros o en pantallas de lámparas. El libro mágico de ficción, el Necronomicon, creado por H. P Lovecraft, estaría forrado en piel humana.

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