Siguenos:

» » » El sonido de un caracol comiendo lechuga

Alberto 26 jun 2013 0 No hay comentarios

Musical, la naturaleza a veces se expresa como una sonata decimonónica acariciando nuestros oídos con pianissimos propios del pasear de las libélulas y otras veces como una pieza de electro trash, rompiendo tímpanos con el fulgor propio de las tempestades más eléctricas.

En ella, los insectos más silenciosos también colaboran en el concierto, aunque el sonido del mundo exterior y de la actividad humana los solape. Con la sapiencia de que insectos tales como gusanos, caracoles y ciempiés también hacen ruido, hace un tiempo la BBC realizó un experimento utilizando cámaras anecoicas que nos permitió escuchar por primera vez el sonido de un caracol comiendo lechuga.

Micromundos silenciados

Vivimos en un entorno atronador, donde el fragoroso yugo de la población genera niveles de ruido que silencia otros mundos que se ciernen bajo las huellas de nuestros pasos. Les impide existir, musicalmente hablando. Arrastrando nuestras limitantes anatómicas, lo que ya de por sí nos es inaccesible a oído limpio se transforma en un universo silenciado por nuestra actividad; que a todo apisona y silencia con su preponderancia forzada por la tecnología y la cultura con la cual se intentan solapar nuestra animalidad. Estas dos conquistas humanas también tienen un poder reconciliatorio, y con él es que hemos podido darle voz otra vez a los insectos y micro organismos que nos habían parecido silenciosos durante siglos.

Gusanos, caracoles y ciempiés, entre tantos otros de esos pequeños habitantes de la tierra baja han demostrado cierta conducta acústica, mostrándosenos como insectos que sólo hacen un mínimo ruido una vez que (accidentalmente) posicionamos estratégicamente nuestro pie sobre ellos y dejamos que tanto la gravedad como nuestro impulso muscular apaguen sus vidas en un instante. Es por esto que el 99% de los humanos de a pie jamás han podido escuchar el ruido que hace un caracol comiendo lechuga, por ejemplo. Tampoco el de un gusano muy pequeño moviéndose estrafalariamente con sus contorsiones babosas. ¿Y alguna vez soñaste con un ciempiés gigante persiguiéndote? ¿Qué ruido hacía su ejército de patas?

«
Siguiente
Entrada más reciente
»
Anterior
Entrada antigua

No hay comentarios:

Dejanos tu opinion