Uhuru Kenyatta, imputado por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad, ha sido investido este martes como cuarto presidente de Kenia en una multitudinaria ceremonia en el estadio de Kasarani, a las afueras de Nairobi.
El nuevo presidente, de 51 años y que juró el cargo ante más de una decena de jefes de Estado, sucede a Muwai Kibaki, de 81 y quien había dirigido el país desde diciembre de 2002.
Kenyatta fue ratificado como vencedor de las elecciones del pasado 4 de marzo después de que el Tribunal Supremo desestimara, el 30 de marzo, la impugnación de los resultados por presunto fraude que presentó la coalición del ya ex primer ministro, Raila Odinga.
Los comicios del pasado marzo se celebraron, en general, de forma pacífica, tras las elecciones de diciembre de 2007, que desembocaron en una ola de violencia político-tribalista, después del supuesto amaño electoral del actual presidente saliente, Mwai Kibaki.
Kenyatta ha tomado posesión de su responsabilidad ante las 60.000 personas que abarrotaban el estadio de Kasarani y que dedicaron ensordecedoras ovaciones al nuevo líder keniano.
Más de una decena de jefes de Estado de África fue testigo del histórico momento, entre ellos los presidentes de Sudáfrica, Jacob Zuma; Ruanda, Paul Kagame; Tanzania, Jakaya Kikwete; Uganda, Yoweri Museveni; Sudán del Sur, Salva Kiir; y Zimbabue, Robert Mugabe.
La Unión Europea y Estados Unidos estuvieron representados por sus embajadores destacados en Kenia, por lo que el considerado "hijo predilecto" del país, el presidente estadounidense, Barack Obama, de padre keniano, no acudió a la ceremonia.
Crímenes contra la humanidad
Kenyatta es el primer presidente de un país que accede a la jefatura del Estado bajo la sombra de una imputación de la Corte Penal Internacional por supuestos crímenes contra la humanidad.
Kenyatta está acusado de ser uno de los instigadores de la violencia postelectoral que se desató en el país tras los comicios de diciembre de 2007, que causaron unos 1.300 muertos y más de 600.000 desplazados.
A pesar de esta circunstancia, el presidente keniano goza de una gran popularidad en su país, como demuestra su triunfo en las elecciones del pasado 4 de marzo, en las que obtuvo más del 50% de los votos.
El vicepresidente keniano, William Ruto, que también juró hoy el cargo, está pendiente de juicio en la CPI con cargos en su contra similares a los de Kenyatta.
Hijo del "padre de la patria"
El mandatario, cuyo nombre, significa "libertad" en swahili, es el hombre más rico de Kenia y el hijo del primer presidente keniano, Jomo Kenyatta, percibido por los ciudadanos como el "padre de la patria". De hecho, hoy ha jurado su cargo sobre la misma biblia que utilizó su padre.
Kenyatta, perteneciente a la influyente etnia kikuyu, que forma algo más del 20 por ciento de la población del país, lidera La Alianza Nacional (TNA) y se presentó ante los electores como "símbolo del cambio" con la promesa de "transformar" Kenia.
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