La foto que le dio una lección al mundo

Un policía de Nueva York le regaló unas botas a un vagabundo. Conoce la identidad de los protagonistas de esta historia.

La percepción mundial que se tiene de los policías tiende a ser negativa, pues consideramos que estos servidores públicos que deben velar y salvaguardar la seguridad de todos los ciudadanos, pueden llegar a cometer abusos de poder e incluso, arriesgar la vida de las personas.

Lo que debemos entender para que nuestra situación mejore es que no todos los uniformados son malos y que en realidad existen verdaderos guardias que están decididos a dejarlo todo por otras personas; inclusive, ponen en riesgo su vida a cambio de la de los demás.

Ejemplo de entrega y de servicio a los demás lo dio recientemente un policía de Nueva York, quien en pocas horas y gracias a internet, se convirtió en todo un héroe, gracias a una fotografía que circuló en la web y que muestra la generosidad de esta persona.

una mujer originaria de Arizona llamada Jennifer Foster, decidió dar un paseo en la noche con su esposo por Times Square para disfrutar del alumbrado del lugar.

Jennifer llevaba en mano su teléfono celular, con el cual retrataría las imágenes más fantásticas de su viaje, sin imaginarse nunca lo que atestiguaría con sus propios ojos. La chica se percató que delante de ella, había un policía dialogando con un indigente.

De primera instancia, pensó que el guardia le pediría al señor retirarse del lugar, pero quedó impactada con lo que sucedería a continuación.

El oficial llevaba una bolsa, de la cual sacó unos calcetines y botas. Según la turista, el policía le dijo al vagabundo: "tengo estas botas talla 12 para usted, son para todo clima. Vamos a ponerlas y cuídese". El policía se arrodilló para poder ayudar a esta persona a calzarse y a los pocos minutos, se retiró.

Sin que se dieran cuenta, Foster tomó varias fotografías de aquella escena conmovedora y en cuanto regresó a casa, la subió a su perfil de Facebook, escribiendo en la descripción las palabras dichas aquella noche por el policía.

Según nuevahoramagazine.blogspot.mx, en pocos minutos, gracias a la difusión del propio departamento de la Policía de Nueva York, la imagen consiguió cerca de 25 mil "me gusta" y fue compartida por más de 100 mil personas. Hasta el día de hoy, cuenta con 360 mil "likes" y más de 21 mil comentarios.

Varios medios de comunicación se dieron a la tarea de descubrir quién era ese policía generoso. Pronto se supo que se trataba de Lawrence DePrimo, un joven guardia de 25 años de edad, que vive con sus padres en Long Island y que se unió al cuerpo de policía en 2010.

En una entrevista a un programa de televisión, DePrimo contó que precisamente a las afueras de una tienda de zapatos, se encontraba este hombre sin hogar, en medio del frío de la noche. La estampa le conmovió tanto el corazón, que el policía no dudó ni un segundo en entrar al local para comprarle las botas.

"Las dos cosas que tenía esa noche realmente en mi mente era el tremendo frío que hacía y que ese caballero estaba ahí. Yo sabía que tenía que ayudarlo. Es el hombre más cortés que he conocido en mi vida", enfatizó.

Lawrence reconoció que gastó cerca de mil 200 pesos en su buena acción, algo que en verdad no le dolió. Además, aseguró que jamás se percató de que Jennifer estaba tomando fotos de su buena obra, con la intención de que jamás esa persona volviera a recibir burlas por parte de las personas que caminaban por ahí, quienes no podían dejar de hacer comentarios de sus pies descalzos.

"Él me dijo: ‘Nunca he tenido un par de zapatos, pero Dios te bendiga'. Eso me sorprendió, pues ese señor tenía suficiente corazón para desearme el bien", agregó el policía, quien jamás pensó ganarse fama por lo que considera, era su deber, publica nypost.com.

Durante varios días, otros reporteros se dieron a la tarea de saber quién era ese hombre al cual Lawrence ayudó. Sin embargo, esta persona no volvió al sitio en donde había sido fotografiado.

Gracias a la difusión de esta historia, su familia lo reconoció. Se sabe que el indigente se llama Jeffrey Hillman, tiene 54 años de edad y por lo menos una vez al año, telefonea a Kirk, su hermano menor, para decirle que está bien.