En algún punto de la historia, tal vez allá por el Renacimiento, el modelo político y económico fue orientado a favorecer la creación de entidades comerciales que serían protegidas por el gobierno en cuestión. Con el tiempo estas entidades que hoy llamamos corporaciones han acumulado tal poder que, para muchos, son las verdaderas responsables de llevar el timón del planeta.
En todo caso resulta evidente que las agendas que promueven los protagonistas de dicho modelo tienen hoy más peso que cualquier sentido de justicia o ética, e incluso que los derechos universales que supuestamente deben respetarse como principio básico en toda sociedad. Pero ¿quién controla dichas agendas?, ¿quién o quiénes son las personas que dan un rostro a esta sombría abstracción?
Antes de intentar responder estas interrogantes, valdría la pena recalcar que los grupos que más se han favorecido de este esquema conforman una élite histórica que a toda costa ha intentado, y con éxito, mantenerse en la cima de la pirámide y evitar cualquier tipo de movilidad que amenace con relevar su todopoderoso trono. A fin de cuentas la exclusividad es un ingrediente esencial en el concepto de élite, lo mismo que la acumulación e hiperconcentración de la riqueza son parte del alma del actual sistema financiero.
En algún momento denunciamos cómo buena parte de lo que se consume mundialmente en un supermercado es producido por solo 10 compañías que controlan prácticamente todo el mercado. Obviamente las personas detrás de estas compañías forman parte de la superélite mundial. También tenemos al Grupo Bilderberg, ese discreto microgobierno que se reúne anualmente y está integrado exclusivamente por los políticos y empresarios más poderosos de Estados Unidos y Europa. Pero más allá de corporaciones o clubs elitistas, existe un vínculo aún más íntimo y cerrado que agrupa, aún en menor escala, a los personajes más influyentes del planeta: el filial.
Y ya entrados en este grado de hermetismo socioestructural, te compartimos una lista de las cinco familias que, en cierto sentido, controlan el tablero de juego (y cuyos miembros han logrado perpetuarse en lo más alto de la burbuja de poder). Seguramente faltarán un par de tribus que bien podrían entrar en el listado, pero en todo caso, la próxima vez que cansado de la absurda injusticia que reina hoy en el mundo te preguntes quién demonios se beneficia de que las cosas sean tal como son, recuerda que habrá al menos cinco familias disfrutando de tu ingenuidad.
Familia Rotschild
Aunque hay quienes señalan antecedentes muy anteriores, podemos afirmar que al menos oficialmente esta dinastía comenzó a mediados del siglo XVIII con el banquero alemán de origen judío Mayer Amschel Rothschild. Este personaje fue nombrado por la revista Forbes como "el padre fundador de las finanzas internacionales". A partir de entonces los Rotschild se han mantenido en la cúspide de la oligarquía. No sólo fueron prestamistas en distintas guerras a lo largo de la historia, sino que también se convirtieron en el epítome de la familia de banqueros. Se dice que tienen una influencia determinante en la Reserva Federal estadounidense, así como en las finanzas británicas.
Familia Rockefeller
A finales del siglo XIX comenzó, al menos públicamente, el imperio Rockefeller. La consolidación de la Standard Oil Company los colocó en una posición dominante dentro de la naciente industria petrolera, factor que sabrían aprovechar para afianzarse en la cima perenne. El iniciador de la dinastía, John D. Rockefeller, fue considerado por Forbes como el hombre más rico de la historia, con una fortuna que hoy equivaldría a 340 mil millones de dólares, cuatro veces más que lo que Bill Gates poseía en ese entonces (2014). Los Rockefeller, además de participar en grupos como el Bilderberg, han creado fundaciones y otros organismos, por ejemplo la Trilateral Commission, para presuntamente incidir en la política mundial y desde ahí alimentar su agenda financiera.
Familia Morgan
A fines del siglo XIX John Pierpont Morgan fundó la J. P. Morgan & Company, compañía financiera que ha tenido un rol fundamental en la historia económica de Estados Unidos y, en consecuencia, del mundo. Se dice que este banquero salvó la economía estadounidense por aquellos tiempos cuando encabezó un movimiento de banqueros (incluidos los Rothschild) para vender bonos y volver a comprar oro, con lo cual evitó el hundimiento de las reservas de su país. Desde ese momento Morgan controló el abastecimiento de oro en su país, y a partir de ese poder financiero fundaría luego empresas como la acerera US Steel y posteriormente General Electric. El estilo gangsteril de esta familia en los negocios es tal que incluso se acuñó el término "morganization" para referirse a aquellas prácticas antiéticas que con frecuencia pueden verse en el mundo empresarial. Diversas versiones apuntan que los Morgan tuvieron mucho que ver en la decisión de Estados Unidos de entrar a la Primera Guerra Mundial, y también se acusa la injerencia que tienen sobre el manejo de la Reserva Federal de EEUU.
Familia Du Pont
Escapando de la Revolución Francesa, durante la cual fue hecho preso, el economista Pierre Samuel du Pont de Nemours, llegó a estados Unidos en 1799. Ya en el "nuevo mundo" fundó su empresa, que pronto se convertiría en el principal proveedor de pólvora del gobierno estadounidense y luego controlaría por completo el mercado de dinamita. La relación comercial con la industria militar de EEUU le valió proveer el 40% de las municiones de los Aliados durante la Primera Guerra Mundial y tener un papel crucial en el Proyecto Manhattan que derivaría en la creación de la bomba atómica. Posteriormente patentaría diversos materiales, entre ellos el teflón y el nailon, y su expansión llegaría hasta el mercado del alimento, consolidándose hoy como el segundo mayor productor de soya y maíz transgénicos. Según Forbes, la Du Pont fue la primer familia estadounidense en acumular más de mil millones de dólares.
Familia Bush
La más nueva de las familias incluidas, este "linaje" comenzó con Prescott Sheldon Bush, banquero y senador estadounidense a quien se acusa, junto con el gobierno de EEUU, de haber lucrado monumentalmente con la Segunda Guerra Mundial y de haber hecho grandes negocios con las compañías que financiaban al gobierno de Hitler (incluso después de que Estados Unidos había entrado ya a la guerra). Esto fue documentado en un artículo de The Guardian hace un par de años y refleja la completa falta de ética del patriarca de la familia Bush. A partir de ahí las andadas de este lúgubre personaje continuaron, mismas que retomaría su hijo, el presidente George H. W. Bush y su nieto, también mandatario de ese país. Tejiendo redes de negocios alrededor del petróleo texano, así como inversiones financieras y tratos comerciales con la industria militar (a la cual han activado desde el poder), los Bush han logrado colocarse hoy como una de las familias más poderosas del orbe.
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