En esta oportunidad te enteraras de la historia de un pobre hombre que se emborrachaba sin beber una sola gota de alcohol.
Podrá sonar “divertido” en principio, pero imagina experimentar a cada momento mareos, nauseas, boca seca, resacas, desorientación, irritabilidad y todos los otros efectos secundarios de una borrachera sin tener idea por qué.
Resulta que el señor tenía una condición muy rara, llamada “síndrome de fermentación intestinal“. Básicamente, tras una ronda fuerte de antibióticos, los microbios “buenos” que protegían su sistema digestivo fueron eliminados. Eso permitió que levaduras (Saccharomyces cerevisiae) y otros hongos se proliferaran de manera abundante en su sistema.
Cada vez que comía algo rico en carbohidratos (como el pan), las levaduras lo fermentaban produciendo alcohol, el cual terminaba en su torrente sanguíneo. Para tratarlo, los médicos le dieron antimicóticos para eliminar las levaduras y probióticos para restaurar sus flora intestinal.
Hay una variante de este síndrome, donde las personas con levaduras fabricando una cantidad muy pequeña de alcohol (o cuando beben muy poco) pueden emborracharse de la misma manera, porque no producen las enzimas que metabolizan el alcohol en su hígado.
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