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» » » » Conoce el Burning Man, una maraton de sexo, alcohol y diversión

Alberto 6 ene 2016 0 No hay comentarios

Correr se ha transformado en una saludable tendencia que año a año crece entre los deportistas nacionales e internacionales. 



Una tendencia que también va de la mano con los gustos e intereses de los participantes, que ven como la oferta de competencias, nivel de dificultad y distancias ha crecido enormemente.

Incluso las alternativas son tantas que hay organizadores que están buscando el lado distinto y tentar a los que no son tan fanáticos del deporte, pero que son verdaderos atletas a la hora del rock and roll, las fiestas, el alcohol y el sexo.

Y es que en Black Rock City, una remota zona del desierto de Nevada, cercana a doscientos kilómetros de Reno, todos los meses de septiembre se vive un verdadero acontecimiento durante una semana al año, justo los siete días que dura el Burning Man Festival.


Creado en 1986, coincidiendo su final con la tradicional Fiesta del Trabajo en EE.UU., sus organizadores dicen que es “un experimento comunal de autoexpresión y autosuficiencia radical, en donde no hay actividad comercial alguna. Todo esto acompañado de arte e inundado de energía colectiva”.

O dicho en palabras más simples, un festival donde los participantes pueden “vestir como quieran o derechamente andar desnudos”, tomar todas las drogas que quieran, “pero siendo discretos”, y ser parte de una gran familia que desprende alegría, paz y amistad en torno al sexo.


¿Pero qué tiene que ver todo esto con el trail y el ultramaratón? Bueno, es que durante esa misma semana se organiza una corrida de 50 kilómetros, la Burning Man Ultramarathon. Y, como todo lo que rodea al festival, es una carrera muy especial en la que en su reglamento especifica que los inscritos pueden correr con la ropa que quieran o andar desnudos.

Otra de las características es que también durante los 50 kilómetros el participante puede ser perseguido por gente en elevado estado etílico, ser animado por público que ha tomado hasta el límite o parar por provisiones que, además de geles y lo típico que permite la hidratación en una carrera, permite elegir entre cerveza, cócteles o botellas de whisky con las que rellenar la mochila.


Eso sí, no se puede ir al Burning Man con idea de hacer marca, porque probablemente en mitad de los cincuenta kilómetros el participante quede atrapado en algún grupo de gente bailando, bebiendo o haciendo cualquier otra cosa. Por cierto, la inscripción es gratuita.



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