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» » » Conoce el nuevo misterioso y nuevo proyecto de Google

Alberto 10 dic 2014 0 No hay comentarios

La amenazadora precisión de Google Maps no es casualidad, sino trabajo duro


En 1998, Google nacía con la intención de “organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil”. Tan grandes ambiciones empezaron a concretarse en un humilde buscador online. Hoy podemos decir que no iban desencaminados en sus propósitos, y también que durante estos 16 años de expansión brutal, los mapas han jugado un papel fundamental.

Y es que cuando Google nació, los ordenadores estaban sobre un escritorio y uno solía utilizarlos sentado. Pero eso fue antes de que la tecnología móvil nos convirtiera a todos en terminales con patas. A partir de ese momento, en términos de información, el dónde empezó a importar tanto como el quéo el cómo. Y la correcta geolocalización de los elementos se convirtió en el Santo Grial.

De ahí que la empresa no tardara en iniciar sus ambiciosos proyectos de mapeo del mundo, que hoy conocemos en distintas facetas como Google Street View o sobre todo Google Maps. La punta de lanza detrás de este plan para tener la base de datos cartográfica más completa que existe se llama Proyecto Ground Truth, y es una combinación de meticuloso trabajo algorítmico e incansable actividad humana.

El corazón de la bestia

Ground Truth se inició en 2008, aunque no ha sido hasta los últimos dos años cuando realmente ha empezado a coger su actual impulso (el proyecto abarca hoy 51 países). No es de extrañar que naciera un año después de la creación de Google Street View, que en principio era una herramienta para poder ver qué pinta tiene ese sitio al que tienes que ir, pero que se convirtió en un apoyo fundamental a la hora de trabajar mapas actualizados y completos.

Y es que un buen mapa digital no te dirá sólo cómo se llama una calle, o dónde está. También te informará sobre el sentido de conducción de la calle, qué clase de negocios tienes alrededor, dónde hay semáforo, qué dicen las señales de tráfico o los números de los portales. La tendencia ya no es que los mapas sean cada vez más grandes sino más profundos, que integren cada vez más y más capas de información, como si se estuviera reconstruyendo un mundo encima de (o en paralelo a) otro.

Para conseguir manejar algorítmicamente esta barbaridad de datos, Ground Truth echa mano de varias fuentes además del Street View. Para empezar, un pequeño ejército de operarios trabaja con Atlas, un programa de edición de mapas en tiempo real que viene a ser un “Google Maps detrás de Google Maps”, las bambalinas del invento. Como un Sim City muy seriocon el que sólo jugasen los hombres más brillantes del mundo.

Pero además, para llegar a todas esas zonas a las que los coches no lleganlanzó en 2011 su programa MapMaker de colaboración ciudadana, que opera en 220 países. Gracias a él, uno puede añadir datos vía GPS allá donde los coches no llegan, de una manera más sencilla que con otros servidores de mapeo abierto como el popular Open Street Maps.

El ojo vigilante

Dentro de esta compleja maquinaria, toca introducir un dato que da un poco más de miedo: recientemente Google se hizo con Skybox, una red de satélites low cost con los que supuestamente está elaborando modelos en 3D de ciudades de forma mucho más detallada que nunca. La herramienta averigua, incluso, qué tienen los edificios por dentro. 

Esta imagen, que hemos visto mil veces en películas de espionaje comoEnemigo Público, resulta inquietante. ¿Para qué necesita Google saber qué hay dentro de una vivienda?¿Me estarán espiando mientras leo esto?¿Quién se beneficia de esta capacidad de reconocimiento? A los más conspiranoicos les diremos que en realidad Google parece estar mucho más interesado en los coches que en las personas. La compañía lleva años trabajando para hacerse con el mercado de los coches autopilotados. Y para que estos funcionen se necesitan mapas complejísimos.

Hace tiempo que el escritor Robin Sloan apuntaba en The Atlantic la intención de Google, y que en 50 años serán los coches y no los programas informáticos por lo que todo el mundo conozca a la compañía. Aquel humilde buscador acabará siendo una reliquia de la que no muchos se acuerden. La solidez de ese futuro imperio en construcción se está gestando hoy en nuestras calles. Y todos nosotros estamos contribuyendo a su futuro éxito.

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