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» » » Han descubierto una insólita planta parasito que intercambia genes con sus víctimas

Alberto 21 nov 2014 0 No hay comentarios

El parasitismo en la naturaleza está repleto de cosas interesantes, y para la mayoría de nosotros, esta relación entre especies vegetales resulta bastante desconocida a pesar de que entre ellas se pueden desarrollar fenómenos sumamente curiosos. 
 
 
 
Uno de ellos fue descubierto recientemente por científicos que investigaban una conocida planta parásita de los cultivos que, como buen parásito que es, no solo extrae nutrientes de sus víctimas, sino que también intercambia material genético con ellas. Veamos de qué se trata.

Un vampiro del mundo vegetal

La planta en la que se ha descubierto este fenómeno es la Cuscuta pentagona, una planta estranguladora que se alimenta de muchos vegetales que comúnmente cultivamos, como por ejemplo, el tomate. Como si de un vampiro vegetal se tratara, esta frágil plantita se enrolla alrededor de su víctima y, utilizando unos apéndices filosos llamados haustorios, perfora su tallo provocando así una herida en el tejido por la que chupará lentamente los jugos vitales de la planta hospedera, es decir, el agua y los nutrientes necesarios para vivir.

Pero lo más asombroso del nuevo estudio, dado a conocer en la revista Science, es que en este proceso de absorción, la cuscuta y su víctima también intercambian material genético una con la otra, lo cual revela una nueva forma de comunicación entre las plantas que no se conocía hasta ahora.

¿Qué mensajes intercambian ambas plantas?

Mientras ocurría el proceso de succión, los científicos detectaron que parte del ARNm (ácido ribonucleico mensajero) de la planta hospedera era absorbido por la parásita. Estas moléculas orgánicas son sumamente importantes ya que son las que portan las instrucciones del ADN del organismo para la síntesis de proteínas. Sin embargo, esto no quedó aquí, pues también se detectó ARNm de la víctima en la cuscuta, por lo que existe obviamente un intercambio masivo y bidireccional entre anfitrión y parásito.
 

Aunque la función de este intercambio aún está algo nebulosa, los fitopatólogos no descartan que al absorber el material genético de la planta a la que parasita, la cuscuta está adquiriendo información de procesos como el crecimiento y el desarrollo de la otra planta, a la vez que le envía a esta, con su ARNm, una especie de caballo de Troya genético que la hace más susceptible al ataque.

Hasta el momento, la manera más conocida de comunicación entre las plantas es a través de sofisticadas señales químicas con la que se transmiten mensajes de territorialidad entre otros. Este nuevo mecanismo de comunicación podría ayudar a los científicos a comprender mejor las formas de comunicación de las plantas parásitas y sus hospederas, con vistas sobre todo a intentar controlar el ataque a las plantaciones de alimentos que se producen cada año en todo el mundo.

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