La semana pasada no se habló de otra cosa en Suecia: los infructuosos intentos de encontrar un submarino supuestamente al acecho en sus aguas. Pero el viernes se dieron por vencidos después de intensos rastreos y un enorme despliegue militar.
¿Qué fue lo que pasó?
En el archipiélago de Estocolmo hay como unas 30.000 islas e islotes y es un lugar sin comparación en Europa durante una de esas largas y cálidas noches de verano en las que el sol se niega a ponerse.
El paisaje es perfecto, las cabañas de vacaciones pintadas en rojo cobrizo o amarillomostaza con vistas a los veleros levando anclas en las claras aguas azules.
Pero no es necesariamente donde uno querría estar si, como esta semana, no para de llover ni cesan los latigazos del viento bajo el imperdonable gris del cielo.
Menos si estás buscando el equivalente naval a una aguja en un pajar. Es decir, tras "una actividad submarina extranjera", como la llamaron las autoridades suecas, o, según la prensa más sensacionalista, "la caza de rojos en octubre".
Como quieran llamarlo, a lo que se refieren es a la búsqueda entre los islotes de Estocolmo de un supuesto submarino que no debería haber estado allí y que, de paso, trajo al presente los recuerdos de la Guerra Fría.
Recuerdo de la Guerra Fría
No en vano, en los años 70 y 80, los suecos solían rebuscar en sus aguas submarinos soviéticos, casi siempre sin éxito.
Pero en una ocasión un submarino de la clase whiskey con armas nucleares quedó encallado cerca de una base naval sueca.
El hecho, que inevitablemente acabó siendo conocido como "whiskey a las rocas", supuso un serio incidente diplomático.
Y lo de la semana pasada fue algo así pero llevado a la actualidad, con el resurgimiento de la asertividad de Rusia causando nervios entre los países del Báltico.
Después de lo de Crimea y la situación en el este de Ucrania, esos países no pueden evitar preguntarse cuál es el próximo movimiento de Moscú.
El Kremlin se rió de la idea de que uno de sus navíos estuviera involucrado en la última telenovela y adoptó un tono burlón hacia la respuesta militar sueca.
Pero hubo pistas: un mensaje codificado en ruso supuestamente interceptado por la inteligencia sueca y que fue enviado desde el archipiélago hacia el enclave ruso de Kaliningrado, ubicado en la costa sureste del mar Báltico.
Además, están los reportes de civiles que aseguraron haber visto un misterioso navío, posiblemente un minisubmarino ruso que se vio en dificultades.
"Odiamos el hecho de que haya algo en nuestras aguas", comenta uno de los almirantes que dirigieron la operación. "Pero el tiempo está de nuestro lado y ellos son los que van contrarreloj".
Momentos surreales
Todo iba muy en serio, pero también hubo momentos surreales. Una granulada fotografía de lo que se pensó era el misterioso submarino en la superficie puede bien resultar ser genuina pero era imposible no pensar en las del monstruo del lago Ness.
Por no hablar del misterioso hombre vestido de negro y con una mochila que disparó los comentarios sobre una posible incursión de fuerzas especiales hasta que se descubrió que era un jubilado local sólo pendiente de sus cosas.
"Vi que había muchísimos barcos militares por todos lados, pero yo simplemente iba a pescar", dijo.
Y si de verdad fue un submarino ruso, ¿qué hacía ahí? Los expertos en defensa suecos tienen teorías diversas.
Podía haber estado haciendo mapas, en un ejercidio de entrenamiento o, por supuesto, en una misión de espionaje.
O incluso tal vez hubiera querido que lo detectaran para enviar un mensaje de "aquí estoy, ahora cázame si puedes".
De ser así, estaríamos ante un patrón rusos que busca poner a prueba las defensas de vecinos como Suecia, que no forma parte de la Otan, y Estonia, que sí es parte de la alianza.
El mes pasado, los suecos protestaron ante Moscú por la incursión de dos aviones caza en su espacio aéreo.
Y, también en el Báltico, en Estonia, un oficial de inteligencia que trabajaba cerca de la frontera fue capturado y llevado a Moscú por agentes rusos.
Esta semana, un avión de vigilancia ruso despegó de Kaliningrado y voló primero hacia Dinamarca y después Suecia. Finalmente entró en el espacio aéreo de Estonia hasta que fue interceptado por aviones de la Otan.
Toda esta actividad está cambiando los cálculos el mapa de fuerzas en la región.
Suecia ya ha anunciado que se dispone a incrementar su presupuesto en defensa y el gobierno de Letonia dijo que la búsqueda submarina sueca podía ser un punto de inflexión.
Aunque viendo los barcos zarpar en el malecón del puerto de Nynashamn, el asunto no parece tan grave ni peligroso.
"Los rusos probablemente están entrando y saliendo todo el tiempo", comentó un transeúnte encogiéndose de hombros. "Simplemente no nos enteramos".
Y a la pregunta de si el asunto pone nerviosos a los suecos, respondió: "Ni idea, llevo 35 años aquí, pero soy turco".
No hay comentarios: