Entre más se tome, hay mayor riesgo de infertilidad masculina.
¿El consumo moderado de alcohol a la semana está relacionado a la baja calidad del esperma entre los jóvenes? Sí, así lo acaba de comprobar un estudio.
La base de este hallazgo está en el estudio de 1221 hombres daneses entre 18 y 28 años, quienes se sometieron a una revisión médica para evaluar su estado físico para el servicio militar, el cual es obligatorio en ese país. Los datos fueron recabados entre 2008 y 2012.
Como parte de la evaluación, se les preguntó a los reclutas cuánto alcohol habían consumido en la semana antes del examen (cantidad reciente), si era típico (habitual), cada cuándo se excedían, definiendo más de cinco unidades en una sola salida, y cuántas veces se habían emborrachado en el mes anterior.
También se les pidió una muestra de semen para revisar la calidad de los espermas, así como una muestra se sangre para ver sus niveles de hormonas reproductivas.
El promedio en el número de unidades de bebida en la semana anterior fue de 11. Casi dos terceras partes (64%) se excedieron, mientras 6 de cada 10 aceptaron haberse emborrachado más de dos veces el mes anterior.
El análisis mostró que, después de tomar en cuenta varios factores de influencia, no hubo una relación significativa entre la calidad del esperma y el consumo reciente o excesivo de alcohol del último mes. Pero el de la semana anterior estuvo ligado a cambios en el nivel de hormonas reproductivas, con efectos cada vez más evidentes cuanto mayor fue el conteo de unidades.
Los niveles de testosterona aumentaron, mientras que la hormona sexual globulina vinculante (SHBG) bajó. Asociaciones similares fueron evidentes para el número de veces que un individuo se había excedido, o en las que se emborrachó durante el mes anterior.
Casi la mitad de los hombres (45% de 553) dijeron que la cantidad de alcohol que habían bebido en la semana preliminar fue la típica. En este grupo, entre mayor fue el conteo semanal de unidades, más baja fue la calidad del esperma en términos de conteo total y proporción (tamaño y forma) de los mismos, luego de tomar en cuenta los factores de influencia.
Los efectos fueron evidentes a partir de más de 5 unidades a la semana al alza, pero todavía más entre los que bebían 25 unidades o más cada semana.
El conteo total de espermatozoides fue 33% más bajo y la proporción de esperma de apariencia normal 51% abajo, entre aquellos que tuvieron 40 unidades a la semana, en contraste con los que bebieron de una a cinco.
El consumo habitual de alcohol fue asociado con cambios en los niveles de las hormonas reproductivas, aunque no tan fuertemente como cuando se bebió en fechas más recientes. Aunque cabe señalar que la abstinencia también se relacionó a la pobre calidad de los espermatozoides.
Este es un estudio observacional del que no se pueden obtener conclusiones definitivas. El equipo advierte que los hallazgos pueden ser el resultado de una causa inversa, en la que los individuos con baja calidad de esperma tenían desde el principio una salud y un estilo de vida poco saludables.
No obstante, estudios con animales sugieren que el alcohol podría tener un impacto directo en la calidad de espermatozoides.
Este tema de salud pública es de importancia para todos y podría ser un factor importante en el conteo bajo de esperma reportado entre la población. Aún queda pendiente ver si la calidad en la salud general y reproductiva se restablece al disminuir el consumo de alcohol.
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