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» » » » Cómo seducirlas con la mirada

Alberto 27 ago 2014 0 No hay comentarios


Entrar en contacto con otro ser humano a través de la mirada es algo extrañamente perturbador. Ese momento de conexión con ellas, de mutuo examen, aunque sea con una desconocida en el metro, es de una intimidad y un pudor cercano al ridículo.

Según una teoría que se está desarrollando recientemente, esto sucede porque en la mirada de alguien nos reconocemos a nosotros mismos, y eso nos saca de ese estado de inconsciencia en el que vivimos la mayor parte del tiempo. Sólo hay que percatarse de cómo en seres que no tienen esa autoconsciencia, como perros o niños, no se produce ese rubor y pueden mirarte durante horas sin el menor signo de vergüenza o incomodidad.

Por eso, a la hora de seducir, la mirada es un arma tan poderosa: cuando miramos nos exponemos al rechazo pero a la vez sentimos la adrenalina de invadir un terreno ajeno. Pero OJO, no cualquier tipo de contacto visual vale, y quedarte mirando fijamente no tiene porqué ser sinónimo de intensidad, o al menos no de la intensidad que te gustaría transmitir. Así que, como para todo en la vida, hay que saber qué, cuándo y cómo, y eso es lo que te vamos a contar a continuación:

1. Mirada láser:

Es esa mirada que dedicamos a las mujeres que repentinamente comparten el mismo espacio-tiempo con nosotros. Es una mirada grupal, de manada, similar a la de esos leones que has visto en Nat Geo, fingiendo reposar en medio de la sabana, pero mirando a su presa hacer lo suyo no demasiado lejos.

2. No me importas:

Hoy día muy pocos la pueden adoptar sin que lleve a risa. Se trata de una actitud genuinamente rabiosa, que denota cierto desprecio y aburrimiento por todo, combinado con no ofrecerles la certeza de que las estamos observando. Si lo logras aplicar sin que resulte chistoso, es una herramienta infalible.

3. Los ojos que hablan:

Esta es la modalidad más compleja y difícil de aplicar. Si optamos por ella debemos saber que estamos entrando en un juego creado y dominado totalmente por las mujeres, -no podía ser de otra manera tratándose de dar a entender algo y a la vez lo contrario-. Basado en un juego de cruces, caídas de ojos y aguantes de mirada, la clave está en un preciso control del tempo para saber cuándo estamos quedándonos cortos y cuando las estamos intimidando.

Y si te queda alguna duda, busca la película Closer y aprende en la práctica, con la mayoría de las escenas.

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