Desde el aire, el desierto de Namibia parece como si tuviera un caso grave de varicela. Repartidos en 1.770 kilómetros de una estrecha franja se asientan un puñado de lunares desérticos, también conocidos como anillos de hadas.
Estos cráteres de proporciones considerables miden entre 10 y 65 metros de diámetro, y representan uno de los más grandes misterios de la naturaleza.
Durante décadas, se han presentado una serie de teorías, desde la invasión alienígena a gases venenosos, para explicar el fenómeno. El año pasado, un estudio publicado en la revista Science acaparó titulares al asegurar que las termitas de arena eran las culpables. Sin embargo, ninguna de las teorías ha sido completamente probada.
"El punto es que los anillos de hadas aún siguen siendo un misterio. Se han hecho varios trabajos en el campo y en los laboratorios, pero ninguno pudo resolver el problema", dice Stephan Getzin, científico del Centro Helmholtz para Investigación Medioambiental de Leipzig, Alemania.
Naturaleza en la repetición
Getzin, junto con un equipo de expertos israelíes, recientemente expuso una teoría propia. Usando fotografía aérea, pudieron estudiar los patrones espaciales de los anillos de hadas. La consistencia y la amplitud de su distribución le trajeron a mente otros paisajes cuya vegetación, desde la distancia, también se asemejan a un cuaderno de dibujo de un diseñador textil.
"Si vas a la Wikipedia y escribes 'tiger bush' (arbusto tigre), encontrarás imágenes aéreas de un condado en Níger, donde la vegetación forma patrones de rayas. En Australia, tienes áreas con anillos de pasto conocidos como pasto spinifex", señala.
"Hace unos días, un profesor en California me envió un ejemplo de patrones similares a anillos formados en el desierto de Mojave".
Getzin plantea como hipótesis que los anillos de hadas de Namibia se forman a través de un fenómeno similar: la auto-organización. Básicamente, en los climas áridos, donde el agua es escasa y donde los nutrientes del suelo son escasos, las plantas enfrentan una mayor competencia por los recursos. Como resultado de ello, se "organizan" a sí mismas a una distancia para maximizar los recursos disponibles limitados -finamente formando patrones muy bien ordenados en el paisaje.
Desacreditando a la termita
La teoría de la auto-organización se produce un año después que el profesor de biología, Norbert Juergens, argumentó en un artículo publicado en la revista Science que los anillos de hadas eran obra de una especie de termitas de arena (psammotermes allocerus). El argumento de Juergens decía que estas crearon un oasis subterráneo para sí mismas al comer las raíces del pasto y matándolo, provocando de esta manera una trampa de agua subterránea (sin vegetación, el agua no se evapora y permanece bajo tierra). Getzin considera que la explicación es poco probable.
"No quiero exagerar las cosas", dice. "Pero no existe ningún estudio que muestre que los insectos sociales puedan causar este tipo de patrones de distribución homogénea de gran escala, como lo revela el estudio", añade Getzin.
"Mientras que todos los estudios sobre insectos mostraron aglutinación a gran escala de los sitios de anidación, la auto-organización en sí misma puede causar separación homogénea en esas escalas e incluso más allá de varios kilómetros".
Juergens basó sus conclusiones en el hecho de que las p. allocerus fueron las únicas especies de insectos encontradas constantemente en el tramo completo del desierto donde se encuentra los anillos y estaban especialmente abundantes alrededor de los anillos. Aunque es una explicación tentadora, algunos expertos no están convencidos.
"Existe una alta correlación entre los anillos de hadas y estas termitas y, por lo tanto, Juergens afirmó que estas eran la causa. Pero es solo una correlación, y uno de los errores más fundamentales que un científico puede cometer es confundir correlación con causalidad", dice Walter Tschinkel, profesor de biología en la Universidad Estatal de Florida, quien se especializa tanto en el comportamiento de los insectos sociales como en los anillos de hadas.
"La teoría de la termita es muy atractiva para la gente, porque es relativamente fácil de entender, mientras que la auto-organización requiere cierto conocimiento o intuición sobre el funcionamiento de las plantas", añade.
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