El Reino Unido ha redescubierto una ciudad bajo tierra oculta en Ramsgate, a 120 kilómetros de Londres: casi 5 kilómetros de laberintos y refugios subterráneos, con su propio hospital y orquesta, construidos en víspera de la Segunda Guerra Mundial.
Una apacible ciudad costera del condado de Kent (sureste de Inglaterra) esconde en su subsuelo un polvoriento laberinto olvidado pero con una extraordinaria historia, informa 'Mail Online'.
Esta red de túneles era una metrópolis subterránea en la que muchas personas vivieron durante meses sin ver la luz del día para protegerse de los bombarderos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. La ciudad bajo tierra albergó cantinas, una barbería e incluso un hospital. Y, como pueden imaginar, una gran cantidad de letrinas.
Los vecinos de Ramsgate llevaron sus pertinencias a la ciudad subterránea y construyeron ahí sus modestas viviendas tras mantas y cortinas, a 60 metros bajo tierra.
Gwendoline Langridge, entonces una niña de 12 años de edad, recuerda: "Cada día era una aventura. Hicimos un montón de amigos y encontramos maneras de divertirnos".
Algunos funcionarios del Gobierno eran contrarios a la construcción de este tipo de túneles, esgrimiendo que iban a minar la moral en tiempos de guerra. Pero como Ramsgate ya había sido bombardeada durante la Primera Guerra Mundial y el enfrentamiento con Alemania parecía probable, el alcalde, Arthur Kempe, estaba convencido de que Ramsgate, situada a solo 30 kilómetros del continente, pronto volvería a estar en la línea de fuego.
Durante tres años el Ministerio del Interior británico rechazó el proyecto de Kempe, pero este finalmente se salió con la suya con el apoyo del parlamentario 'tory' Harold Balfour y de John Anderson, amigo suyo y jefe de la defensa antiaérea del Reino Unido.
Los trabajos de construcción empezaron en 1939 y terminaron a los pocos meses. Las obras, llevadas a cabo por una empresa local de construcción, costaron la modesta suma de 40.000 libras esterlinas (60 000 dólares).
Al estallar la guerra, Kempe evacuó a otras regiones del país a más de 3.000 niños, muchos de los cuales (los de familias humildes) tuvieron que regresar al cabo de poco tiempo, convirtiéndose en testigos de la primera 'guerra relámpago' que se libraba en la orilla opuesta del canal de la Mancha.
Al llegar los tiempos de paz, la red subterránea al completo fue sellada. Aparte de un proyecto para reconvertirla en un búnker durante la Guerra Fría, los túneles cayeron en el olvido. Hasta ahora.
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