La diverticulitis es una inflamación de pequeñas bolsas o sacos del revestimiento interno del colon (diverticulosis) que se inflaman o infectan. Esto ocurre por la proliferación de bacterias que se produce cuando las heces quedan atrapadas en los divertículos. La diverticulitis es la complicación más frecuente de la diverticulosis y se presenta en el 10 % al 25 % de los pacientes.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de diverticulitis suelen empezar repentinamente y empeorar a lo largo de los días. Los síntomas más comunes son:
Dolor, generalmente en el lado inferior izquierdo del abdomen;
Distensión o gases;
Fiebre;
Escalofríos;
Nauseas y vómitos;
Pérdida de peso;
Ausencia de apetito.
¿Cómo se detecta la diverticulitis?
Historia clínica. El médico preguntará sobre síntomas como el tipo y localización del dolor, los hábitos en cuanto a las evacuaciones, el tipo de dieta que se sigue y la medicación que toma.
Pruebas de sangre para detectar infecciones.
Muestra de heces para descartar o confirmar la presencia de sangrado en el tubo digestivo.
Examen digital del recto. El médico introduce un dedo cubierto con un guante en el recto para determinar si hay dolor, sangrado o bloqueo.
Radiografía y enema de bario. El médico introduce un líquido llamado bario en el intestino grueso a través del ano. El bario hace que los divertículos aparezcan en la radiografía.
Colonoscopia. El médico introduce un tubo pequeño en el ano. Una cámara diminuta situada en el tubo muestra si hay divertículos.
Una vez establecido el diagnóstico el tratamiento dependerá de la gravedad de la crisis. En los casos más graves puede ser necesaria la hospitalización. El médico puede decidir también operar y quitar la parte del colon que sangra.
Para calmar el dolor se recomienda reposo y aplicación de calor en el abdomen; analgésicos; consumir una dieta líquida por unos días e incorporar alimentos espesos y luego sólidos, gradualmente. Para tratar la infección se recetan antibióticos.
¿Hay alimentos que pueden favorecer la diverticulitis?
Actualmente se ha abandonado la idea de que las personas con divertículos necesitan eliminar ciertos alimentos de la dieta. En el pasado se recomendaba evitar frutos secos, maíz inflado y semillas -girasol, calabaza, sésamo y las del tomate, calabacín, pepino o fresa- porque se creía que podían quedar atrapados, bloquear o irritar los divertículos. Sin embargo hay nueva información que sugiere que estos alimentos no serían perjudiciales.
Sin embargo, las personas que sufren de divertículos pueden diferir en las cantidades y tipos de alimentos que empeoran los síntomas. De ahí la importancia de la autoobservación para detectar en cada caso qué alimentos causan malestar como hinchazón o malestar en el colon –generalmente en la parte baja del vientre del lado izquierda-- y cuáles no.
“La idea de que los frutos secos y las semillas pueden quedar atrapados en los divertículos y provocar diverticulitis es probablemente falsa”, se puntualiza en el portal de la Fundación Internacional de Enfermedades Gastrointestinales Funcionales.
¿Cuál es el pronóstico?
Generalmente, se trata de una afección leve que responde bien al tratamiento. La diverticulitis puede repetirse si no se cambia el tipo de alimentación.
¿Cuáles pueden ser las complicaciones?
Sangrado;
Infecciones graves como abscesos (cavidades que se llenan de pus o infección);
Desgarros en los divertículos;
Fístulas o conexiones o pasajes entre las diferentes partes del colon o entre el colon y otras áreas del cuerpo que normalmente no se conectan;
Bloqueos en el sistema digestivo;
Perforación del colon que provoca que las heces se evacuen desde el colon hacia el abdomen;
Estenosis (estrechamiento) del colon.
¿En qué casos hay que recurrir a la cirugía?
La cirugía solo es necesaria en caso de complicaciones serias, las cuales no son comunes.
Para limpiar el abdomen después de una infección y eliminar los bolsillos sangrantes y las fístulas.
Para hacer una resección del colon si la diverticulitis se repite varias veces. El cirujano podría eliminar la parte del colon con divertículos. Las partes sanas se vuelven a unir en una segunda cirugía. Hacerlo en la misma cirugía puede aumentar los riesgos.
En caso de emergencia para limpiar la infección y quitar la parte del colon afectada. Se necesita una colostomía temporal entre las dos cirugías. Una colostomía es una abertura (estoma) en el abdomen a la que se conecta una bolsa plástica para recolectar las heces.
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