Cuando Ricky Martin obtuvo la nacionalidad española hace ahora dos
años, se especuló con que la medida era el primer paso para una boda
inminente con su novio Carlos González, un rumor que cayó en saco roto
con el paso de los meses y que él negó expresamente en todas las
entrevistas... hasta ahora.
"Si me fuera a casar, me
encantaría hacerlo en España, hay escenarios espectaculares para hacer
una gran boda", ha dicho el cantante ante su nueva visita a Madrid, al
insistir en qué había de verdad en aquellos comentarios y por qué
solicitó la nacionalidad en este país, en el que está legalizado el
matrimonio homosexual.
Para él, su solicitud al Gobierno español fue "una cuestión de
identidad", a pesar de tener muy claro que sus raíces están en Puerto
Rico así como su futuro, al menos hasta que sus hijos también tengan
formada esa parte de su identidad cultural, según declaró con
anterioridad.
"Tuve la necesidad de ir atrás para brindarle a mis hijos la respuesta a
quiénes somos y de dónde venimos", ha explicado el intérprete de
"María".
Llamado realmente Enrique Martín Morales, reivindica su sangre española
a través de esos dos apellidos y el Arizmendi de su abuela vasca.
"Estamos por toda la Península", ha bromeado el cantante, que añade que
"cualquier excusa es buena para pasar tiempo en España".
Este año se estrenó como "coach" en la versión australiana del programa
de televisión "La voz", experiencia que califica de "fascinante" y en
la que se vio, dice, su innegable "instinto competitivo".
"Trabajé con jóvenes artistas que me ayudaron a volver a mis comienzos,
a aquellas emociones de incertidumbre", destaca, hasta el punto de
afirmar que, si le ofreciesen repetir ese papel en la versión española,
que previsiblemente cambiará de jueces en su tercera edición, "lo
analizaría".
EFE




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