Un amplio número de farmacéuticos en Uruguay se niegan a
vender marihuana por miedo a posibles problemas de seguridad o a perder la
confianza de su clientela tras la aprobación de la Ley sobre Control y
Regulación de la Marihuana el martes pasado.
Comerciantes piden que la entrega de cannabis se haga en hospitales
porque tienen miedo a perder la confianza de su clientela. Estiman que
los consumidores serán agresivos cuando agoten los 40 gramos mensuales.
Un informe periodístico de El País reveló que la mayoría de
los locales en Montevideo no quieren sumarse a la norma por temor a que renuncien
las empresas químicas con las que trabajan.
La dueña de la farmacia Pose, en el Cerrito de la Victoria, Montevideo,
ha advertido que los problemas de inseguridad de la zona "ya son bastantes como
para agregar uno más". Cree que una vez que cada consumidor agote el máximo de
40 gramos al mes que le permite la ley, querrá adquirir más cantidad.
La misma posición fue defendida por Eva, de 75 años, quien
hace 10 que está al frente de una farmacia. La dueña ha comentado que pondrá un
cartel en la puerta con el texto: "Acá no se vende marihuana".
"Esto es preocupante. Van a venir algunos a comprar, pero
mañana, si no tienen dinero y saben que tú tienes la droga disponible, estás
expuesto, no solo a que te roben, sino a que te agredan", explicó Jaqueline, de
47 años y propietaria de la farmacia Reducto.
Sin embargo, Jaqueline expresó que esto no
quiere decir que esté en contra de la regulación de la venta de cannabis. Considera
que "si el Gobierno quiere vender marihuana debe hacerlo dentro de sus centros
de salud".




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