La iglesia sumergida de Potosí, en Venezuela, fue por más de dos décadas un recordatorio de que un pueblo fantasma yacía bajo las aguas de la represa Táchira. En 1985 la pequeña ciudad de Potosí fue abandonada para formar una presa, sus habitantes se vieron obligados a dejar sus casas, y todo fue inundado.
La iglesia de Potosí no es un fenómeno aislado, St. Thomas en Nevada es una ciudad que ahora yace bajo las aguas del Lago Mead cerca de Las Vegas. Otro ejemplo de lo mismo es Vilarinho das Furnas, una ciudad de más de dos mil años en Portugal que desapareció después de la construcción de un presa.
Una serie de sequías en el 2010 hicieron que el nivel del agua bajara, revelando con el paso del tiempo una iglesia gótica cubierta de moho. Para los habitantes de la zona, la cruz que marcaba la existencia de un pueblo debajo del agua les recordaba que ahí yacía una especie de pueblo fantasma.
Tras más de 25 años sumergida, la iglesia de Potosí ahora se puede visitar. Su estructura cuenta con un decaimiento que le concede un aire misterioso, mientras que la erosión y los daños causados por el agua desgastaron por completo el edificio, al grado que tan solo la torre, la cruz y la fachada de la iglesia sobreviven, todo lo demás ha desaparecido.
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