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» » Copenhague es la ciudad número uno para vivir

Alberto 3 jul 2013 0 No hay comentarios

Así lo afirma “Monocle”, la prestigiosa revista inglesa especializada en estilo de vida, que considera a la capital danesa el lugar más desarrollado y con mejor progreso en todas sus áreas. Le siguen Melbourne y la bella Helsinki.

Conquistar la máxima calidad mundial de vida urbana requiere el más intrincado de los malabarismos entre el progreso y la conservación, entre la estimulación y la seguridad, entre lo global y lo local. La perfección no se puede obtener, por supuesto, pero Copenhague está logrando la mejor nota en este momento.

La capital danesa ha pasado por una transformación radical en los últimos años. Quienes la visitaron hace una década encontraron una ciudad en un estado permanente de semihibernación. Las tiendas cerraban los sábados por la tarde y a lo largo del domingo. La vida nocturna solamente transcurría los viernes y los sábados. ¿Dónde estaban los lugareños?, ¿Qué andaban haciendo? (respuesta: la mayoría, jugando al balonmano o viendo la serie Taggart).

Pero no se han revisado solamente los horarios de apertura: se ha producido un cambio de actitud a gran escala entre quienes viven allí. Los habitantes de Copenhague parecen haberse sacudido finalmente su desconfianza luterana hacia los placeres sensoriales y los caprichos; han descubierto la confianza y el entusiasmo hacia lo que su ciudad es capaz de ser.

Mayor infraestructura

La capital danesa se ha beneficiado de algunos alcaldes proféticos —todos han resultado ser socialdemócratas— que han hecho y siguen haciendo inversiones osadas en infraestructuras (terminales de aeropuertos, metros, superautopistas para bicicletas, parques urbanos y cosas así), desde Jens Kramer Mikkelsen, que lo fue hasta 2004, pasando por Ritt Bjerregaard y el actual Frank Jensen. Pero si hay un hombre que encarna el espíritu de la transformación de Copenhague en una ciudad modélica es el arquitecto Jan Gehl. Fue Gehl quien, ya en los años sesenta, señaló que el funcionalismo era deshumanizador y que en vez de construir en el cielo la tarea de los arquitectos era promover la vida en las calles.

“Pero no se trata solamente de crear lugares donde la gente se pueda sentar a beber capuchinos”, dice Gehl. “Se trata de algo tan básico como poder encontrarnos los unos con los otros en el espacio público”. Gehl ha sido fundamental en la reducción del tráfico en el centro de la ciudad, una de las claves para crear una ciudad vivible.

“Hemos demostrado que al establecer calles peatonales y carriles para bicicletas se puede crear una ciudad agradable en la que permanecer”.

En dos ruedas

Copenhague es una ciudad de bicicletas. Más de la mitad de la gente que se transporta para ir al trabajo elige las dos ruedas antes que las cuatro, lo cual genera una fantástica nivelación en términos sociales: así es como se mueven desde los ejecutivos hasta las señoras que van de cena. La tendencia es que los ciclistas tengan preferencia, pero los conductores rara vez se sienten parias. La mayoría del tiempo el tráfico fluye; milagrosamente, hay sitio para estacionar.

“Copenhague solía ser una ciudad para pobres”, explica el gurú del diseño Jens Martin Skibsted, de la marca Kibisi. “Esto cambió a base de mejorar sistemáticamente las condiciones para familias con niños. Solían mudarse al extrarradio, pero gracias a la nueva atmósfera amigable hacia los niños se han quedado y han compartido sus riquezas al ir cumpliendo años. Al haber más dinero, se da una mayor cultura y un entorno más atractivo”.

La ciudad disfruta de un nivel sin precedentes de atención internacional. En televisión ponen The Killing y Borgen; arquitectos y artistas como Bjarke Ingels y Olafur Eliasson, y los revolucionarios chefs de la ciudad, han capturado la imaginación de sus colegas de todo el mundo.

“Yo antes pensaba que Copenhague era una ciudad pequeña”, dice el chef Christian Puglisi, propietario del restorán Relæ, galardonado con una estrella Michelin, y del café Manfreds & Vin, ambos en Jægersborggade. “Pero en lo que se refiere a la gastronomía, por ejemplo, nos hemos dado cuenta de que se puede hacer algo importante y de alta calidad que le interese al mundo”.

Bares y barrios antiguos

Jægersborggade, un lugar a evitar en su día, está atestado de pequeños negocios independientes, cafés y bares, todo gracias a su arrojo inicial, y existen numerosos ejemplos de otras calles así en la ciudad.

Nørrebro, un antiguo barrio obrero, sigue teniendo sus retos, con sus viviendas densamente pobladas —algunas, aunque parezca sorprendente, todavía con baños colectivos en el sótano— y la lucha continua por integrar a su población de diversa procedencia étnica, pero es el lugar al que ir cuando te cansas de la conformidad y pulcritud escandinavas.

Estrategias

En los últimos años, Copenhague ha tenido que lidiar con una mayor cantidad de inmigración interna: ahora es el hogar de aproximadamente un tercio de la población del país. Con sentido común, los urbanistas han ido escalonando el desarrollo que requieren estas nuevas llegadas. Hemos visto que en Sydhavn (el puerto sur) y en la nueva localidad de Ørestad florecen interesantes hoteles, oficinas, viviendas junto al agua y la magnífica sede de la radio nacional, Danmarks Radio. Nordhavn (el puerto norte) está en marcha, con la nueva Ciudad de las Naciones Unidas, al fin terminada. Las próximas de la lista en acicalarse son las inspiradoras dársenas militares de Refshaleøen, que ya son sede de una multitud creativa y artística en aumento, y la fábrica de Carlsberg en Valby. Mientras tanto, en la isla contigua de Amager están construyendo una planta de tratamiento de residuos difícilmente carismática, diseñada por el estudio BIG, de Bjarke Ingels. Tiene una pista artificial de esquí en el tejado y aparentemente va a echar humo.

La capital en número

Población: 560.000 en la ciudad; 1,7 millones en la zona metropolitana. Vuelos internacionales: 140; 24 son intercontinentales. 
Delitos: asesinatos, 9; robos en hogares, 3.748. 
Horas de luz: promedio anual, 1.539 horas.
Temperaturas: máxima de media, 22°; mínima, -2°.
Tolerancia: una de las ciudades del mundo más amigables hacia los gays. El matrimonio gay ya es legal en la iglesia danesa.
Tasa de desempleo: 6,6%. 
Cultura: 14 cines, entre 70 y 80 galerías de arte, 28 teatros, 58 salas de concierto y 83 librerías.
Zonas verdes: 22,6 kilómetros cuadrados o 42 metros cuadrados por persona.
Principales proyectos: actualmente está en marcha una importante ampliación del metro de La ciudad: se construirá una línea circular alrededor del centro. 
Vida en las calles: en los últimos años, Copenhague ha desarrollado sus espacios abiertos, sobre todo a lo largo de los muelles, con la estupenda terraza del teatro Skuespilhus, las praderas de Islandbrygge y la playa de Amager.

Top 25

1. Copenhague
2. Melbourne
3. Helsinki
4. Tokio
5. Viena
6. Zurich
7. Estocolmo
8. Munich
9. Sydney
10. Auckland
11. Hong Kong
12. Fukuoka
13. Kioto
14. París
15. Singapur
16. Hamburgo
17. Honolulú
18. Madrid
19. Vancouver
20. Berlín
21. Barcelona
22. Amsterdam
23. Portland
24. San Francisco
25. Düsseldorf

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