BEIRUT (Reuters) - Estados Unidos reprendió el viernes a Rusia por enviar misiles al Gobierno sirio, luego de que los planes de organizar una conferencia de paz promovida por Washington y Moscú se vieran perjudicados por riñas diplomáticas en torno al objetivo y el alcance del evento.
La violencia sectaria del viernes en la vecina Irak, el hackeo de un periódico occidental por parte de partidarios del presidente sirio, Bashar al-Assad, y los desafiantes comentarios de un jefe rebelde que fue filmado comiendo la carne de un soldado asesinado fueron todos recordatorios de cómo la guerra civil, que lleva ya dos años, se está propagando.
Pero la división entre las potencias mundiales que ha impedido una salida coordinada al conflicto quedó nuevamente expuesta, apenas 10 días después de que Rusia y Estados Unidos acordaran enterrar las diferencias y presionar por la realización de una conferencia de paz internacional.
El funcionario militar de más alto rango de Estados Unidos, el general Martin Dempsey, describió al reciente envío de misiles rusos al Gobierno de Assad como "inoportuno y muy desafortunado" y sostuvo que se arriesgaba a prolongar una guerra que ha dejado al menos 80.000 muertos y unos 1,5 millones de desplazados, de acuerdo a Naciones Unidas.
Si bien no respondió directamente a las afirmaciones de Estados Unidos de que había enviado misiles Yakhont, un portavoz del presidente Vladimir Putin dijo que Rusia honraría los contratos de abastecimiento de armas con Siria, que ha sido un cliente del arsenal de Moscú desde la Guerra Fría.
"Es como mínimo una desafortunada decisión que alentará al régimen y prolongará el sufrimiento", dijo Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, a los periodistas.
Con un alcance de 300 kilómetros, el proyectil Yakhont podría ser una amenaza para los buques de guerra en el Mediterráneo si, por ejemplo, las potencias occidentales dejan de lado sus profundas reticencias e intervienen para ofrecer respaldo aéreo a los rebeldes sirios, tal como lo hicieron en Libia hace dos años.
Hasta el momento no se ha acordado una fecha para la reunión internacional de paz que parece encarar crecientes obstáculos. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se entrevistó con Putin el viernes en Rusia y afirmó que la conferencia debería realizarse lo antes posible.
Pero en un hecho que destaca el reto diplomático que representa, Francia dijo explícitamente el viernes que se opondría a cualquier reunión si Irán, un aliado regional de Assad, recibe una invitación, contrariamente a la postura rusa de que Teherán debería ser parte de cualquier solución pacífica.
Los líderes rebeldes se reunirán con sus aliados occidentales y árabes en Ammán el miércoles para discutir cómo abordar la conferencia. No obstante, tampoco está claro que la oposición siria sea capaz de forjar un frente unido o acordar entrevistarse con los representantes de Assad.
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