Los desahucios se cobran cada vez más muertes en España. La última víctima es un hombre de 56 años que apareció ahorcado en una calle de Alicante diez días después de haber sido desahuciado.
El hombre vivía en la calle Doctor Buades número 47, a dos minutos del lugar donde lo encontraron ahorcado, según el diario 'Información'. En la puerta de su vivienda había un cartel, fechado el pasado 2 de abril, que rezaba: "por orden judicial se ha procedido al cambio de cerradura", lo que significa que la víctima ni siquiera estaba en casa el día que la comisión judicial clausuró su domicilio.
El abogado de la dueña de la casa, José Vicente Puchol, cuyo nombre y número de teléfono figura en el cartel, explicó que antes de iniciar el procedimiento judicial hace cosa de un año intentaron resolverlo de otra manera, pero no lo lograron. La propietaria llegó incluso a proponerle la renuncia al alquiler adeudado a cambio de recuperar la vivienda, pero el inquilino no respondió, por lo que optaron por obtener el desahucio.
"Era una persona correcta y normal, pero hacía días que no la veía", indicó al diario su vecina, que -conjetura- en la situación actual "se le va la cabeza a cualquiera".
A pesar de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) considera que la ley española que regula los procedimientos de desahucio es abusiva e ilegal y el Ministerio de Justicia de España ha anunciado que la reforma de la legislación hipotecaria incluirá las modificaciones debidas, la situación no ha cambiado. Los desahucios, las protestas contra las cuales las autoridades consideran “terrorismo”, siguen siendo la principal causa de muerte no natural en España.
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