Con más de cinco millones de personas enterradas allí, el cementerio de la ciudad de Najaf, en Irak, tiene el triste honor de ser el cementerio más grande del mundo.
La mayoría de quienes descansan allí son musulmanes chiitas y aquellos que murieron recientemente víctimas del grupo autodenominado Estado Islámico.
El camposanto se extiende por una superficie de 6 km2.
Se estima que los restos de unas 50.000 personas llegan allí cada año.
Y, debido a la guerra contra Estado Islámico, el número de tumbas sigue creciendo.
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