Demetriya Naribe fue a buscar agua al lago Kyoga, en Uganda, donde vivía junto a su marido y nunca retornó. La joven, que estaba embarazada, fue atacada por un enorme cocodrilo de 4 metros y medio de largo y 600 kilos de peso.
Mubarak Batambuze, el esposo de Demetriya, quedó devastado y juró vengarse de la bestia que le robó a su familia. Y lo pudo hacer a cuatro meses, ya que el cocodrilo volvió al lugar del ataque.
Junto a algunos amigos, Mubarak, que es pescador, fue hasta el lago y con piedras y palos quisieron atacar al animal, pero no lograron siquiera molestarlo. Sin embargo, eso no logró desmotivarlo y fue a conversar con un herrero local.
“Le expliqué que estaba luchando con una bestia que había matado a mi esposa y a mi bebé que aún no había nacido. Realmente quería vengarme, así que le pedí que me hiciera una lanza”, relató Mubarak a la BBC.
“El cocodrilo se comió entera a mi mujer. Era el fin de mi mundo. Estaba completamente perdido”, agregó el hombre, que con la lanza y la compañía de sus amigos volvió al lago.
El animal seguía allí y Mubarak estaba decidido a atacarlo, pese a los pedidos de sus amigos de que no lo hiciera. “Por favor, no ataques a esta bestia”, le rogaron. “Es tan grande que te comerá”, recuerda.
Pero nada lo detuvo y el pescador, de 50 años, atacó al cocodrilo en repetidas ocasiones con su nueva lanza y finalmente lo mató. Ahora, cuenta, es el héroe del pueblo. “Los vecinos siguen diciéndome: ‘Gracias por matar a la bestia. Es de allí de donde tomamos agua y estamos seguros que se habría llevado a alguien más, así que hiciste un gran trabajo'”, contó.
Hace algunos meses habían capturado al cocodrilo considerado más grande del mundo. Sin embargo, el que atacó Mubarak, al menos por las primeras mediciones, era aún más grande.
Que valentía!!
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