El ingenioso parche dérmico que ha desarrollado el fisicoquímico Simon R. Corrie, de la Universidad de Queensland, en Australia, al frente de un equipo de investigadores, permitirá en el futuro a los médicos diagnosticar una enfermedad sin necesidad de tomar muestras de sangre al paciente con una jeringuilla. Esto es, podría terminar con los pinchazos.

Los parches dérmicos ideados hasta ahora emplean agujas microscópicas para tomar una muestra de fluido en la piel. No obstante, solo sirven para rastrear un único compuesto a la vez. La idea de Corrie es construir uno que pueda detectar varios biomarcadores. De momento, el que han presentado puede hacerlo con dos.
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