El ingenioso parche dérmico que ha desarrollado el fisicoquímico Simon R. Corrie, de la Universidad de Queensland, en Australia, al frente de un equipo de investigadores, permitirá en el futuro a los médicos diagnosticar una enfermedad sin necesidad de tomar muestras de sangre al paciente con una jeringuilla. Esto es, podría terminar con los pinchazos.
Así lo recoge un estudio publicado en la revista Analytical Chemistry, donde se destaca que este grupo de expertos ha diseñado por primera vez y probado con éxito en ratones un parche que detecta la presencia de unas proteínas relacionadas con el desarrollo de la malaria, una enfermedad que mata cada año a más de un millón de personas. Estos científicos señalan que no solo sería posible adaptar el ingenio para su uso en humanos, sino que también puede rediseñarse para que pueda detectar otras pistas moleculares que señalen la presencia de distintas enfermedades.
Los parches dérmicos ideados hasta ahora emplean agujas microscópicas para tomar una muestra de fluido en la piel. No obstante, solo sirven para rastrear un único compuesto a la vez. La idea de Corrie es construir uno que pueda detectar varios biomarcadores. De momento, el que han presentado puede hacerlo con dos.
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