Kim Haskell, de 64 años, fue pescador toda su vida, y siguiendo con su actividad preferida, emprendió un viaje junto a su hermano Jamie y su sobrino Christopher, a Osprey Reef en el Mar del Coral, frente a la costa de Queensland.
El trío ya había capturado varios peces cuando la caña de Christopher se tambaleó con lo que aparentemente era un enorme atún.
Sin embargo, no fue este pez que pesó 40 kilogramos lo que llamó la atención de los entusiastas pescadores, sino el hecho que tenía un cuerno gigante pegado en línea recta desde la cabeza.
“Rápidamente lo trajimos al bote y cuidadosamente lo curamos y revivió", dijo Kim.
Estaban casi seguros de que era la mutación de algún otro pez o que simplemente algo que se había incrustado en la cabeza, pero no podían creer como la creatura habría sobrevivido.
Luego de un gran trabajo para salvarlo, los pescadores pusieron en libertad al pez aún. Pero la historia tuvo el final más desafortunado que podrían haber imaginado. El sangrado que quedó sobre su cabeza, rápidamente atrajo a los tiburones y murió poco después.
Kim dijo que él todavía tiene el pico que saco del atún para recordar aquel extraño día.
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