Todos sabemos que el agua y el jabón son las únicas armas necesarias contra la mayoría de los virus que acechan en las superficies del baño y suelos de las habitaciones.
Pero hay organismos más resistentes que pueden establecerse en toallas y azulejos e incluso se pueden propagar a través de vestuarios comunes.
Te contamos cuáles son cinco de los más comunes:
Verrugas:
Es algo común en los nudillos, rodillas y pies de muchos niños pequeños. Estos bultos ásperos inofensivos son causados por cepas del virus del papiloma humano.
Pueden variar enormemente en tamaño y forma y, a veces, aparecen en grupo.
Son contagiosas. A menudo sólo necesitan un mero contacto de piel a piel.
También se pueden transmitir a través del contacto con superficies contaminadas, como vestuarios y zonas que rodean las piscinas.
La mayoría desaparecen por sí solas, pero existen tratamientos para los casos más persistentes.
PVL-MSSA:
Los expertos en salud pública han exhortado a los jugadores de rugby a que dejen de compartir toallas, cuchillas de afeitar y baños fríos, después de que se descubriera un conjunto de infecciones causadas por el virusPVL-MSSA en el club británico de rugby del Midland.
Los dermatólogos dicen que cualquier deporte de contacto cercano, incluyendo la lucha libre, puede exponer a las personas al riesgo de contagio.
El virus PVL-MSSA provoca abscesos y forúnculos y en casos graves puede llegar a la sangre y causar infección generalizada.
La condición es causada por una cepa de la bacteria, conocida como Staphylococcus aureus resistente a la meticilina o SARM.
La afección puede tratarse con antibióticos y los familiares e individuos cercanos de cualquier persona con la infección deberían ver a un médico.
Scrumpox:
También conocido como gladiatorum del herpes debido a su vínculo con las artes marciales, esta erupción costrosa es causada por el virus herpes.
A medida que el virus se afianza, la gente experimenta picazón y sensación de ardor en la piel antes de la aparición de una serie de ampollas dolorosas llenas de líquido.
El contacto cercano durante partidos de rugby y combates de lucha libre, puede hacer que las ampollas se revientan y por lo tanto contagien a los compañeros.
Las pastillas antivirales ayudan a combatir la infección.
El pie de atleta:
También conocido como tinea pedis, es una infección fúngica que provoca piel escamosa y seca en las membranas entre los dedos del pie con una erupción roja que pica.
Se desarrolla en ambientes oscuros y húmedos y se alimenta de tejido muerto de la piel, haciendo que los pies y los baños sean un hogar ideal para el hongo.
El hongo se encuentra comúnmente cerca de piscinas, duchas y vestuarios.
Se propaga muy fácilmente y se transmite a través de toallas y ropas y superficies contaminadas.
Las cremas antimicóticas, polvos o aerosoles disponibles en las farmacias son un remedio eficaz, pero se debe solicitar asesoramiento médico si no se cura.
El molusco contagioso:
A menudo los médicos son capaces de diagnosticar esta infección mirando las manchas con forma de perla que aparecen en la piel afectada. No son dolorosas, pero pueden ser muy pruriginosas.
Aunque el virus es altamente infeccioso, la mayoría de las personas son resistentes y es poco probable que se desarrollen síntomas, incluso si entran en contacto con personas infectadas.
Pero para aquellas que no tienen cuentan con la resistencia suficiente lo pueden contraer a través del contacto de piel a piel o al tocar objetos contaminados como toallas y toallitas.
Estos moluscos tienden a desaparecer por sí solos.
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