Si usted es atleta, bombero, actor o profesor, puede quedarse tranquilo. Hoy por hoy es poco probable que un robot le robe el puesto.
Pero muchos no tienen esa suerte. Casi la mitad de los empleos en Estados Unidos corre un alto riesgo de ser automatizados durante los próximos diez o veinte años. Esa es la conclusión de un estudio reciente de los profesores Frey y Osborne, de la universidad de Oxford, en Inglaterra.
Según sus resultados, quienes corren un mayor riesgo son los empleados en la industria del transporte y la logística, así como la gran parte de los auxiliares administrativos y de oficina y los trabajadores de producción.
Por el contrario, los empleos que se mantendrán más alejados de los tentáculos de los robots son los que desempeñan tareas que requieren de "inteligencia creativa y social".
Ahí se incluyen, entre otros, los profesores, los artistas y el personal creativo de los medios de comunicación, los trabajadores comunitarios y los profesionales de la salud.
"A medida que la tecnología va avanzando, los trabajadores poco cualificados se redistribuirán hacia tareas que no son susceptibles de ser automatizadas. Para que los trabajadores ganen la carrera tendrán que adquirir habilidades creativas y sociales", dicen los investigadores.
A la vuelta de la esquina
Para 2025, la automatización y la inteligencia artificial tendrán un papel dominante en nuestras vidas.
Así lo cree la abrumadora mayoría de los casi 1.900 expertos consultados por el Centro de Investigaciones Pew de Estados Unidos en una encuesta reciente.
Pero los expertos están divididos al interpretar las consecuencias de esa robotización.
El 48% advierte de la pérdida masiva de empleos y del desplazamiento de los trabajadores poco y medianamente cualificados.
El otro 52% es menos pesimista, y si bien reconoce que los robots pronto se harán con muchos trabajos, cree que los humanos innovarán y crearán nuevos tipos de empleo, del mismo modo que lo hicieron después de que la Revolución Industrial automatizara muchos puestos.
Probabilidad de automatización
Los economistas David Autor y David Dorn, del Centro de Estudios Monetarios y Financieros de Madrid, desarrollaron recientemente un índice de "intensidad de trabajo rutinario", (RTI por sus siglas en inglés), con el que cuantificaron "la susceptibilidad potencial de que una ocupación sea desplazada por la automatización".
Cuanto más alto es el RTI de una profesión, menos trabajo manual o razonamiento abstracto involucra.
Autor y Dorn elaboraron una lista de trabajos de acuerdo a ese índice y después los compararon con datos de empleo en Estados Unidos a lo largo de 25 años.
Así comprobaron que casi todas las profesiones que tienen un mayor índice de RTI están ya en declive desde 1980. Mientras que las que cuentan con un menor índice de RTI han ido creciendo en proporción durante el periodo estudiado, de 1980 a 2005.
Por eso, los autores sostienen, la automatización ha sido un factor de peso en el proceso de desplazamiento laboral de los trabajadores medianamente cualificados y medianamente asalariados. Con la consecuencia de un aumento del empleo en ambos extremos del espectro laboral.
Impensable hace unos años
Todos estos estudios y encuestas recientes coinciden en una tendencia: a medida que las computadoras y sistemas informáticos consiguen hacer mucho más de lo que se proyectaba hace sólo unos años, los robots están llegando a campos que hasta hace poco se consideraban a salvo en la zona de "sólo para humanos".
Como conducir, por ejemplo. Pocos se imaginaban que el conjunto de factores involucrados en las decisiones que se toman al volante podría ser replicado por una máquina.
Hoy, los automóviles sin conductor son una realidad a punto de salir a las calles.
La automatización ha conquistado empleos que van mucho más allá de la mera repetición.
Y para sobrevivir en un futuro dominado por robots, una de las claves está en la creatividad y la inteligencia social.
¿Pero será que hasta eso se podrá replicar algún día?
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