Un nuevo estudio revela que pueden aumentar el riesgo de ciertos cánceres.
Durante décadas, muchas personas han tomado antioxidantes y consumen alimentos ricos en este compuesto,pensando que esto aumentará su salud y prolongará su vida. Sin embargo, ensayos clínicos de lossuplementos de antioxidantes han mostrado un lado oscuro, que no reducen el riesgo de cáncer; por el contrario, los estudios han relacionado los antioxidantes con un aumento de las tasas de ciertos tipos de cáncer. Por ejemplo, en un ensayo aquellos fumadores que tomaban beta-caroteno adicional tuvieron mayores tasas de cáncer de pulmón.
En un breve artículo de la revista científica New England Journal of Medicine, el Dr. David Tuveson, Profesor del Laboratorio Cold Spring Harbor y director de Investigación de la Fundación Lustgarten; y el Dr. Navdeep S. Chandel de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, aseguran que los suplementos de antioxidantes no reducen el desarrollo del cáncer, y en realidad hacen más daño que bien.
Sus conclusiones se basan en los avances recientes en la comprensión del sistema en nuestras células que establece un equilibrio natural entre oxidantes y compuestos anti-oxidantes. Estos compuestos están involucrados con la reducción y oxidación, reacciones esenciales de la química celular. Los oxidantes como el peróxido de hidrógeno son esenciales en pequeñas cantidades y se fabrican dentro de las células. En grandes cantidades, los oxidantes son tóxicos y las células generan naturalmente sus propios antioxidantes para neutralizarlos. Por lo tanto, parecería lógico aumentar la ingesta de antioxidantes para contrarrestar los efectos del peróxido de hidrógeno y otros tóxicos similares, conocidos como “especies de oxígeno reactivas” o ROS por los científicos. Se sabe que las células cancerosas generan mayores niveles de ROS.
Los doctores Tuveson y Chandel proponen que tomar píldoras de antioxidantes o comer grandes cantidades de alimentos ricos en estas moléculas no tienen un efecto benéfico contra el cáncer, ya que no actúan en el lugar crítico donde las células producen ROS y generan tumores, las mitocondrias. Por el contrario, los suplementos y los antioxidantes de la dieta tienden a acumularse en sitios distantes y dispersos de las células, dicen los investigadores.
Paradójicamente, las cantidades de ROS y antioxidantes naturales son más altas en las células cancerosas. De acuerdo con Tuveson y Chandel, las terapias que elevan los niveles de oxidantes en las células pueden ser beneficiosas, mientras que los que actúan como antioxidantes pueden estimular aún más las células cancerosas. Laradioterapia destruye las células cancerosas al aumentar drásticamente los niveles de oxidantes, al igual que los fármacos quimioterapéuticos, lo cuales matan a las células tumorales a través de la oxidación.
Los autores sugieren que "la inhibición genética o farmacológica de las proteínas antioxidantes" - un concepto probado con éxito en experimentos de cáncer de pulmonar y de páncreas en roedores - puede ser un enfoque terapéutico útil en los seres humanos. Aseguran que el desafío clave está en la identificación de las proteínas antioxidantes y de las vías que las células cancerosas utilizan, ya que el impedir la producción de antioxidantes en las células sanas alteraría el delicado equilibrio de la función celular normal.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que se necesita una nueva investigación con el fin encontrar las características de las vías antioxidantes en los tumores y las células normales adyacentes para identificar posibles estrategias terapéuticas.
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