El águila harpía, o simplemente harpía, es una de las aves más poderosa del planeta. Solo hay que conocer el origen de su nombre para darnos cuenta de que estamos ante una de las rapaces más peligrosas. Harpía proviene del griego Harpe, que representa en su mitología a un monstruo con alas, garras afiladas y rostro de mujer, cuyos excrementos emitían un fuerte olor que dañaba todo lo que tocaba.
En esta especie, las hembras son mayores que los machos, llegando a alcanzar 2 metros de envergadura y pesar 10 kilogramos. Es la segunda águila más grande del mundo, superada únicamente y por muy poco por el águila Filipinas, aunque la harpía es bastante más robusta.
Su impresionante fuerza, le permite cazar grandes animales como los perezosos, iguanas, monos y puercoespines.
Son muy difíciles de ver por un humano por dos razones: la primera porque su vuelo es muy silencioso y es muy difícil percibirlas mediante el oído. La segunda razón es la disposición redondeada de las plumas de su cabeza que funcionan como una antena parabólica, permitiéndole sentir con muchísima claridad tanto a sus presas como a sus depredadores.
Hoy en día, es una especie en peligro de extinción debido a la tala de árboles, que produce una reducción de los bosques y por tanto de los animales de los que se alimenta la harpía, que tiene unas grandes necesidades energéticas debido a su tamaño.