Su memoria era prodigiosa, conocía de memoria casi por completo 12,000 libros y podía leer dos páginas simultáneamente en alrededor de 10 segundos leyendo una página con cada ojo.
Kim Peek nació un 11 de Noviembre de 1951 y falleció un 22 de Diciembre de 2009, con 58 años. Su llegada a este mundo fue bastante dramática al nacer con macrocefalia, daño al cerebelo y sin nervio calloso que permite conectar los hemisferios cerebrales. A los dos años casi fue internado en un asilo al considerarse su condición la de un “sabio-idiota”. Los neurólogos que lo examinaron concluyeron que nunca sería capaz de aprender a caminar, hablar o a aprender y que lo mejor era relegarlo de la sociedad. Su esperanza de vida era de 14 años.
Su padre Frank no estuvo de acuerdo con cruzarse de brazos y además para esa edad ya se había aprendido de memoria varios libros. Por los siguientes 56 años, su padre se convirtió en la sombra de su hijo siendo su protector, mejor amigo y guía. Su existencia pasó bastante desapercibida hasta que en 1984 en Texas conocieron a Barry Morrow,un guionista de Hollywood que se obsesionó con su historia. Este encuentro decantó en la película “Rain Man”, gran ganadora de 4 premios Oscar. Dedicó su vida a dar conferencias y aparecer en público para generar conciencia en la población a gente con discapacidades cognitivas y para darle esperanza a todos aquellos que lidian con este problema en sus familias.
Su memoria era prodigiosa, conocía de memoria casi por completo 12,000 libros y podía leer dos páginas simultáneamente en alrededor de 10 segundos leyendo una página con cada ojo. Era capaz de decir el día de la semana de una fecha cualquiera en el pasado y decirle a una persona quienes habían sido sus vecinos en su infancia.
Sin embargo, aprendió a subir escaleras a los 16 años y hasta el día de su muerte era su padre el que lo ayudaba a vestirse y peinarse y solo después de su salto a la fama aprendió a mirar a los ojos a la gente cuando hablaba con ellos. En 2004 la NASA realizó en scanner de su cerebro para entender lo que ocurría cuando Peek pensaba.
Un Google viviente
La gran diferencia respecto a la gran mayoría de las personas que sufren condiciones similares a las de Peek era que él lograba adquirir nuevas habilidades cognitivas e interpretar los hechos convirtiéndose en lo que algunos llamaban un Google viviente o “Kimputer”. Además era una persona empática y con preocupación por los demás, otra característica poco común y que descartaba el diagnóstico de autismo que le fue atribuido en algún momento.
Existe un debate respecto a si era o no un genio matemático realmente, dado que sus proezas matemáticas podrían explicarse no por una capacidad de realizar cálculos complejos sino más bien por su memoria prodigiosa.
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