En el siglo XX el ser humano empezó a utilizar sistemáticamente animales para espiar al enemigo. Las mejores escuelas de adiestramiento estuvieron en URSS y EE.UU., donde los expertos combinaron las técnicas elaboradas por el fisiólogo ruso Iván Pávlov con diferentes dispositivos.
Burrhus Frederic Skinner experimentó en EE.UU. con palomas y popularizó el 'condicionamiento operante', una práctica basada menos en las respuestas reflejas primarias y más en incitar a los animales a actuar por voluntad propia a partir de las señales en el medio ambiente.
Durante la Segunda Guerra Mundial Skinner obtuvo financiación del Gobierno de EE.UU. para experimentos con animales y misiles.
Después de la guerra y con la creación de la CIA en 1947 el adiestrador más famoso fue Bob Bailey, el primer director del programa de la Marina de EE.UU. para formar delfines militares. Además, experimentó con 'gatos acústicos' y palomas militares.
"Los animales pueden subir hasta donde la gente no llega. Los animales no llaman la atención. La otra cara de la moneda es que, aunque se puede adiestrar a un animal, hay que hacerlo constantemente. Es importante cuidar de él, analizar y cultivar sus habilidades", dice Robert Wallace, quien dirigió la dirección de los servicios técnicos de la CIA en la década de 1990.
Proyecto Gato Acústico. El Departamento Científico y Técnico de la CIA propuso utilizar gatos como dispositivos de escucha. En su libro 'Spycraft', Robert Wallace escribe que el Gobierno quería espiar a un líder de un país asiático. El gato que participó en el experimento se convirtió en un receptor-transmisor: un cable de su oído interno estaba conectado a una batería, mientras que parte del mecanismo estaba implantada en el pecho del animal. Los empleados de la CIA podían controlar los movimientos del gato con ultrasonidos.
En la jerga del espionaje británico y estadounidense, un 'cuervo' es un agente masculino que tiene la misión de seducir mujeres para obtener información.
Las palomas participaron en la investigación de un dispositivo para guiar misiles. El ave se colocaba en el compartimento delantero y empezaba a picotear ciertos botones, activando así diferentes motores.
Los delfines militares se usan tanto en América como en Eurasia como localizadores de minas y espías que transportan equipos de detección. Además, estos cetáceos son capaces de encontrar espías humanos en el agua.
Fuente: actualidad.rt
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