Por estos días se celebra en Estados Unidos la Semana del Libro Prohibido, dedicada desde hace más de treinta años a promover un conjunto de obras que fueron censuradas alguna vez. Aunque el Index librorum prohibitorum et expurgatorum o Índice de libros prohibidos de la Iglesia Católica dejó de editarse en la segunda mitad del siglo XX, hay un montón de títulos que, en diferentes culturas, han sido objeto de persecución.
La investigadora argentina María Gabriela Mizraje aprovecha la ocasión y arma un catálogo con obras censuradas por a diferentes razones, algunas de ellas ridículas e incomprensibles. La impertinencia de la censura, un concepto que daría no para un post sino para una serie de artículos, es pariente cercana delabsurdo más lamentable. Es decir, las descripciones gráficas que encontramos en Lolita de Nabokov escandalizaron a las sociedades moralistas de los 50: en la novela hay un erotismo penetrante que sucede entre un hombre de mediana edad y una niña de 12 años. La premisa me parece de lo más atractiva, el libro es una referencia obligada y tengo claro que la ficción narrativa retrata ésa y muchas otras realidades, pero las mentes más conservadoras lo encontraron más que inapropiado: el hecho no me sorprende.
Sin embargo, la censura hacia algunos títulos sólo puede calificarse de inverosímil. ¿Qué hay de la prohibición de otro tipo de libros, esos cuyos temas no tienen nada que ver con sexo ni drogas ni rock and roll? Para que vean que el afán prohibitivo de algunos no conoce límites, a continuación, 7 casos notables por su elevado nivel de ridiculez. Se darán cuenta de que el conjunto está formado por obras comúnmente asociadas con las lecturas infantiles y juveniles. De paso, esta pequeña lista sirve para comprobar que la infancia, entre las carencias que carga consigo y la censura (particularmente en relación con lo que se lee), es un período en que resulta difícil cultivar la intimidad: la lectura es uno de los actos más íntimos que existen.
1. Diario de Ana Frank
En 1983, el Comité encargado de los libros de texto en Alabama, lo consideró deprimente y lo dejó fuera de las lecturas apropiadas para los estudiantes. Y pensar que a muchos niños los siguen obligando a leerlo en la escuela. Si me hubieran prohibido leer libros deprimentes cuando era niña… Creo que habría leído muy poco. O nada. Me encantaban esos finales trágicos capaces de provocarme sentimientos de impotencia. Ya ven, la juventud.
2. Oliver Twist de Charles Dickens
La segunda novela del escritor inglés fue objeto de protesta por parte de los padres de familia de Brooklyn, en 1949. A algunos maestros se les ocurrió incluir la obra en sus clases de literatura y los inconformes consideraban que la historia de Oliver violaba el derecho de sus hijos a recibir una educación laica. Para que vean que hay extremos.
3. Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll
En el caso de Alicia, el escándalo tiene que ver con especies y la supuesta superioridad del ser humano. En la China de 1931, el libro fue prohibido bajo el argumento de que “los animales no podrían usar lenguaje humano, y es desastroso poner animales y seres humanos al mismo nivel“.
4. Una luz en el ático de Shel Silverstein
El libro, publicado en 1981, es una colección de poemas infantiles ilustrados por el mismo autor. Algunos padres de familia juzgaron que era veneno puro para sus hijos, especialmente por el poema “Cómo no tener que lavar los platos”, y ese otro “La pequeña Abigaíl y el hermoso pony”, que describe la muerte de una niña después de que sus padres se niegan a comprarle un pony (qué diversión). Ya se imaginarán el escándalo. Algunos acusaron al autor de fomentar la desobediencia, de impulsar a los niños “a romper la vajilla con tal de no lavarla”. Otros declararon que sus temas (demonios, fantasmas, muerte) eran inadecuados para la niñez. Observen la cubierta del libro y díganme si no aburre de tan inofensiva.
5. Harry Potter y la piedra filosofal de J. K. Rowling
Aunque no lo crean, en 2001, un grupo de fanáticos religiosos se dio a la tarea de quemar ejemplares de esta novela porque, según su criterio, inducía a la juventud a la brujería y las prácticas satánicas. Sí, a mí también me da risa el hecho, y me recuerda esos blogs cristianos, plagados de faltas ortográficas, en que se asegura que Hello Kitty es un engendro de Luzbel.
6. El Lórax del Dr. Seuss
El año pasado se estrenó la adaptación cinematográfica. El libro, publicado en 1971, aborda el conflicto de la sociedad industrializada y su amenaza a la armonía de la naturaleza. Por eso, en 1989, un distrito escolar de California lo vetó por “criminalizar la industria forestal”. ¡El Dr. Seuss escribió un libro que habla deldesequilibrio ambiental, crucificadlo!
7. ¿Dónde está Wally? de Martin Handford
El peor de los colmos: la serie de Wally no es literatura sino un conjunto de libros de monitos, una especie de juego en que debemos encontrar al personaje entre la multitud. Por eso es todavía más difícil de creer que estos libros hayan sido retirados de ciertas bibliotecas de Michigan y Nueva York, por contener “cosas suciasen algunas páginas”. Resulta que en una de las láminas aparecía una imagen (casi microscópica) de una señora topless en la playa… Wally, el símbolo del sexo desenfrenado de toda una generación.
Fuente: monkeyzen.com
Wally es tu puta madre
ResponderEliminarxD
EliminarGrande anónimo.
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