Te imaginas abrir cualquier grifo de tu casa y que salga ‘agua de cebada’ a raudales. Este paraíso, que ya querría para si el mismísimo Homer Simpson, se encuentra en Nueva Zelanda, y es obra de un grupo de amigos que quiso dar una sorpresa inolvidable a un colega.
Para no levantar ningún tipo de sospecha en el vecindario, se hicieron pasar por fontaneros, y aprovechando su ausencia, cambiaron la instalación de agua y conectaron a una docena de barriles. Además, para que todo fuera perfecto, montaron un circuito de cámaras para grabar todas las reacciones de la víctima cada vez que abría uno de los grifos.
En el fregadero de la cocina, en la ducha, en el lavabo, Russ, ‘el sorprendido’, va comprobando que solo sale cerveza. Su rostro de asombro no deja lugar a dudas, el pobre está estupefacto. Mientras, los amigos ríen a carcajadas en su escondite viendo todas sus caras.
Mosqueado, se pone un mono de trabajo y coge una linterna para revisar a conciencia los bajos de la casa. El desconcierto es mayúsculo al comprobar que la instalación de fontanería está conectada a barriles. Al final, todos los compinches salen del escondrijo y le invitan a brindar con unas jarras ¡¡¡Vaya camaradas más…!!!
En el vídeo, se puede ver la marca de cervezas neocelandesa Tui, y observando lo bien organizada que está la ‘bromita’, muchos internautas opinan que puede ser un spot promocional. La cervecera, en su perfil de Facebook, simplemente se ha limitado a felicitar al conjunto de avispados con un escueto: “Esos chicos merecen una medalla“. Sea como sea, esta vivienda es el sueño para cualquier amante del lúpulo.
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