1919, fue el año en que se detuvo a un asesino en serie: El Barba Azul de Gambais. Su nombre real era Henri Desire Landru y puede que sea el mayor asesino en serie de la historia. Asesinó oficialmente a 11 mujeres, pero podría estar detrás de 200 asesinatos.
La policía se quedó pasmada ante su caso. No se entendía como una persona –al que llamaban caballero- podía matar a tantas personas por un motivo incomprensible. Era uno de los primeros casos de asesino en serie de los que se tenía constancia en Europa. ¿Estaba loco? ¿Por qué lo hacía?
Antes conozcamos algo sobre su pasado. Henri-Désiré Landru nació en París en 1869. Se casó con su prima, se dice que fue una unión no deseada, aunque se sospecha que fueron obligados a casarse por razones obvias, lo que lo convirtió en alguien desdichado; al menos eso es lo que cuentan.
Un perfecto caballero e inventor
Escondía su lado psicópata tras una delicada apariencia de perfecto caballero, su esposa lo describía como dulce, amable, atento, aseado y bien vestido, no fumaba ni bebía. Al parecer, los primeros años de su familia fueron los más felices.
Era un hombre que se aseguraba su futuro trabajando mucho. Tenía una inquisitiva mente para inventar cosas, especialmente las relacionadas con la mecánica. Tal es el caso de una bicicleta a motor que el mismo diseñó.
¿Llegó al éxito? Parece que no, y esa es la razón de que se sintiera fracasado y al punto del trastorno. En repetidas ocasiones fue a parar a la cárcel acusado de estafa. Su padre viudo, al que se le describe como un hombre humilde pero de moral firme, terminó suicidándose, afectando enormemente a Landru.
El nuevo año 1914 marca el inicio de una nueva era, la guerra destroza familias y en París sólo quedan las entristecidas viudas. Landru da rienda a sus malos pensamientos y comienza a anunciarse en los periódicos como un viudo en busca de amor. Cientos de mujeres viudas desconsoladas le responden.
Las mujeres quedan impresionadas antes sus muchas cualidades, es cariñoso, delicado, afable, un caballero pefecto.
En los siguientes cuatro años, una a una Landru lleva a su estanque a las diez viudas, y les quita la vida. Se deshacía de los cuerpos quemandolos en el fogón de la cocina de una casa que compró en el campo, finalmente lo descubrieron como decíamos al principio en 1919.
Más datos de mujeres desaparecidas en aquellos años, y los restos encontrados en su casa, llevó a algunos policías pensar en que tras aquellos 200 asesinatos estaba la mente retorcida de Landru.
En febrero de 1922, fue castigado en la guillotina, el misterio de aquel hombre tan educado, el asesino de viudas quedó sin resolverse. Landru era como cualquier persona, pero hizo historia por sus insondables motivos que los llevaron a convertirse en el asesino de viudas.
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