Los especialistas en medicina estética se encargan en su día a día de ligar dos conceptos: salud y belleza, para crear así lo que denominan salud estética
En este articulo veremos situaciones no estéticas que un profesional debe corregir o evitar.
Suele decirse que la misión profesional de los especialistas en medicina estética es reparar los casos antiestéticos, e incluso prevenirlos. ¿Por qué lo hacen? Para que las pacientes retomen su armonía física, mental y emocional; la que seguramente perdieron por tener conceptos de belleza distorsionados o por una causa física específica. Una nota para aunar criterios estéticos, entre médicos y pacientes.
Ácido hialurónico para corregir secuelas de acné
Una paciente adulta con secuelas de acné (manchas, cicatrices, piel rugosa) es muy probable que sienta incomodidad y desconfianza. Esto actúa no sólo en su autoestima, sino también desluciendo su rostro, que es una de las zonas del cuerpo más expuesta a la mirada de los otros.
En estos casos, el uso del ácido hialurónico está indicado para corregir esta situación antiestética en beneficio de la paciente. Por medio de un simple procedimiento, el especialista aplica el producto en las zonas afectadas, en las capas superficiales de la piel. De todos modos, el profesional es el responsable de evaluar si la paciente es apta para este tratamiento y si mejorará o no, en base a su tipo de afección, y si necesita combinarlo con otros procedimientos, como por ejemplo, luz pulsada.
La cantidad de sesiones varía de acuerdo al nivel de complejidad de las secuelas de acné de cada mujer. Pero tanto en los casos más leves como en los más severos, los resultados son óptimos y se realizan en pos de la salud estética. La paciente nota los cambios en la nueva textura de su piel y logra una verdadera transformación física, con excelentes repercusiones en el plano emocional y social.
Minilipoescultura en una paciente joven
La minilipoescultura es un procedimiento que se realiza con el fin de eliminar la adiposidad y la flaccidez de distintas zonas corporales. Es una técnica mínimamente invasiva, pero que requiere de aspiraciones de la grasa localizada. Por supuesto que debe estar a cargo de un médico, y la paciente debe tener ciertos cuidados posteriores (ejercicio, dieta, y algunos días de reposo). Asimismo, es fundamental el control por parte de profesional durante el proceso desinflamatorio.
Si la paciente es joven (veinte años o menos), este procedimiento está desaconsejado. Si bien el profesional es quien debe evaluar cada situación, lo cierto es que en una mujer joven no conviene realizar una minilipoescultura porque no es una práctica estética necesaria para una persona que puede modelar su cuerpo por medio de dieta y actividad física, antes de someterse una intervención de este tipo.
Lo ideal en el caso de las pacientes jóvenes es modificar sus malos hábitos de vida para cambiarlos por buenos, tales como alimentarse bien cotidianamente, realizar ejercicio físico de manera habitual, no fumar, evitar el alcohol y tomar mucho líquido. Estos son los pilares fundamentales para que pierdan grasa, tonifiquen su cuerpo y transformen su figura.
Las pacientes adultas suelen presentar obesidad localizada que les resulta muy difícil eliminar y que acumularon, con el correr de los años, en zonas que son propensas (cintura, piernas, abdomen, etc.). Así es que si bien muchas cumplen con las bases de una vida sana y se cuidan, lo cierto es que tiene dificultades para deshacerse de la adiposidad. A su vez, estas pacientes también suelen tener la piel menos tensa, y requieren de una ayuda extra para modificar su apariencia, más allá de que continúen con sus cuidados diarios.
De esta manera, la minilipooescultura está recomendada para aquellas mujeres que necesitan modificar esta situación antiestética, sin la cual no obtendrán resultados diferentes y notorios. Por eso, esta es una técnica que actúa a favor de la salud estética de las pacientes adultas, ofreciéndoles un refuerzo a su trabajo corporal habitual. Por supuesto que los resultados se pueden comprobar inmediatamente, y son duraderos si la paciente continúa con su rutina alimentaria sana y su plan de ejercicios.
Hilos tensores en una paciente adulta con flaccidez facial
El avance de la edad trae aparejada la inevitable flaccidez, con signos muy visibles a nivel facial. Las mujeres suelen apelar a cremas carísimas, ungüentos caseros y múltiples masajes faciales para revertir estas señales. Y, en instancias leves, recurren a la eficaz aparología disponible en el mercado, como por ejemplo, los equipos de radiofrecuencia. Con todo, en los casos más avanzados, es muy difícil volver a tensar la piel facial sin la ayuda de los hilos tensores. Aquí podemos actuar en favor de la disolución de una condición antiestética, con total ventaja para la paciente.
De este modo, sin tener que pasar por el quirófano para someterse a una intervención quirúrgica invasiva, evita las posteriores secuelas postoperatorias y obtiene resultados asombrosos. Este lifting sin cirugía es un procedimiento seguro, que destaca las facciones naturales propias de cada mujer, otorgándole un aspecto rejuvenecido y armonioso.
Botox en el rostro de adolescentes
El boom del Botox también llegó a las adolescentes. Ellas son las que piden retoques faciales sin medir las consecuencias a largo plazo, y que llegando a sus treinta años tienen cuerpos y rostros “sobretratados”, por el abuso de procedimientos y productos desde tan temprana edad.
En estas situaciones el profesional no debería emplear el producto, porque no favorece un cambio estético positivo en una adolescente. Su tarea, en cambio, es explicarle por qué no se beneficiará con las aplicaciones. Así es que su misión es informarle que los resultados no son definitivos (porque los rellenos se reabsorben y hay que repetir sesiones de mantenimiento) y porque su rostro está todavía en permanente cambio. Por tal motivo, el retoque será temporal, probablemente vuelva a estar disconforme con su imagen y haga nuevas citas para obtener más cambios, que solo colaborarán en distorsionar la imagen que presenta frente al espejo.
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