Christie, quien es visto como uno de los políticos republicanos con más posibilidades de ocupar el despacho oval de la Casa Blanca en un futuro próximo, aseguró que decidió operarse por motivos de salud y pensando tan sólo en el bienestar de su familia.
“No lo he hecho con vistas a las elecciones de 2016 (…) Lo he hecho por mí, por mi esposa y por mis hijos”, dijo en una entrevista a The New York Post.
Desde que hace un par de años se empezó a rumorear sobre sus aspiraciones presidenciales, Christie, de 50 años, ha tenido que hacer frente a las críticas de aquellos que aseguran que su excesivo sobrepeso le dificultaría cumplir con las obligaciones del cargo.
Mientras, otros señalan que en esta época dominada por medios de comunicación como la televisión o internet, en la que el aspecto físico de los candidatos es más importante que nunca, Christie debe solucionar su problema de obesidad si quiere aparecer como presidenciable.
Ahora que el gobernador de Nueva Jersey anunció que se ha operado para colocarse una banda gástrica que le ayude a perder peso, muchos se preguntan si para llegar a la presidencia de EE UU es un requisito indispensable el ser delgado.
¿Salud o apariencia física?
“A Christie se lo ve como un candidato muy fuerte del Partido Republicano de cara a las presidenciales de 2016, así que cualquier cosa que hace llama la atención de los medios”, asegura Jennifer Lawless, profesora de la Universidad Americana, en Washington.
Según le dijo Lawless a BBC Mundo, “hay razones para pensar que se ha operado por motivos de salud, ya que tiene hijos pequeños y su sobrepeso era excesivo, aunque no hay que negar que perder peso le puede servir también para ser candidato a la presidencia en un futuro, ya que en la actualidad el aspecto físico de los políticos es muy importante”.
Robert Y. Shapiro, profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York, coincide con Lawless en que las cuestiones de salud han debido jugar un papel en la decisión de Christie de intentar perder peso, aunque cree que sus aspiraciones presidenciales también pueden tener algo que ver.
“Una de las características más destacables de Christie desde hace años es que tiene un problema de obesidad. El hecho de que esté gordo es algo en lo que la gente se fija. Tiene que ver con su aspecto físico y cómo se percibe su salud”, señaló el experto en conversación con BBC Mundo.
Según Shapiro, “el que se haya sometido a esta operación es significativo en el sentido de que, si es exitosa, afectará la manera en la que luce como candidato”.
“Hay estudios que demuestran que la apariencia de los candidatos marca una diferencia en cómo son percibidos por los votantes y en la cantidad de apoyo que reciben, ya sea por su aspecto físico, su género o su raza. Que un candidato sea gordo o flaco, bajo o alto, calvo o con mucho pelo, es importante”.
Presidentes delgados
Lo cierto es que en las últimas décadas ningún candidato con sobrepeso ha logrado la nominación del Partido Demócrata o del Partido Republicano a la presidencia de EE UU, algo que, según los analistas, más allá de la importancia que se le da a la apariencia física, está relacionado con la salud.
“La cuestión del sobrepeso tiene una importancia mayor cuando se aspira a la presidencia de EE UU que cuando se aspira a otros cargos”, señala Jennifer Lawless.
Según recuerda la experta, “los historiales médicos de los presidentes son hechos públicos de manera regular, para demostrar que cuentan con un buen estado físico para cumplir con las obligaciones de su cargo”.
“En el caso de los candidatos a la presidencia se da una importancia extra a las cuestiones de salud por las exigencias del cargo. Los votantes quieren estar seguros de que esa persona podrá cumplir los 4 años de mandato”, explica Lawless.
“La salud de John McCain fue un asunto que se trató en 2008, porque había tenido cáncer de piel recurrente e hizo público su historial médico porque quería demostrar que estaba sano y que los votantes no debían preocuparse”.
“Cuando en 1992 Paul Tsongas fue candidato en las primarias demócratas, acababa de superar un cáncer y sus anuncios de campaña lo mostraban realizando actividades físicas para mostrar a los votantes que su salud no era un problema”.
Según Lawless, “sería naif pensar que la imagen de un candidato no es relevante y que no importa su aspecto físico, pero cuando se trata de la presidencia de EE UU -como en el caso de Chris Christie- es una cuestión de salud porque la salud es importante para el cargo”.
Ataques y bromas
En 2009, cuando Christie aspiraba a la gobernación de Nueva Jersey, el asunto de su sobrepeso fue utilizado por su rival demócrata durante la campaña.
Incluso el propio gobernador ha hecho bromas sobre su problema de obesidad, consciente de que es un tema del que la gente habla.
En una reciente aparición en el programa de David Letterman, Christie aseguró que es “el hombre gordo más sano que ha visto en su vida” y, para deleite del público, sacó de su bolsillo una rosquilla.
Ahora, algunos analistas creen que el hecho de que se haya sometido a una operación para perder peso, además de mejorar su salud le puede ayudar a ganar puntos frente a los votantes, ya que reforzará su historia personal, mostrándolo como un devoto padre de familia que se preocupa por el bienestar de los suyos.
Robert Y. Shapiro está de acuerdo en que el hecho de que haya decidido combatir su problema de sobrepeso “puede jugar a su favor” ya que los votantes “lo pueden ver como muestra de que tiene una actitud positiva”.
Pese a todo, una vez su imagen física concuerde con la que se espera de cualquier candidato a la presidencia de EE UU, Christie tendrá que hacer frente a otra cuestión: las suspicacias que despierta entre sus compañeros republicanos su posición moderada en asuntos como el control de armas o el cambio climático o su buena relación con el presidente Barack Obama.
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